La relación médica(o)-paciente: un componente fundamental del proceso terapéutico

Por Carolina Martínez S.

La medicina es una profesión con una larga historia, cuyo lugar en la sociedad ha cambiado a lo largo de los siglos, como también ha cambiado la manera de practicarla. Pero uno de sus rasgos esenciales es el de la ineludible relación que se entabla entre quien la ejerce y quien acude en busca de su auxilio. Dos seres humanos que se encuentran en una circunstancia muy particular: uno de ellos, aquejado por un padecimiento, acude en busca del auxilio del otro, a quien tiene razones para considerar como poseedor de un saber-hacer que pudiera ayudarlo a salir de ese predicamento. Por su naturaleza, es una relación que puede estar preñada de las más intensas y chocantes emociones de distinta naturaleza, en uno y otro lado de esta díada, debido a las diferentes situaciones en las que se encuentran cada uno de los participantes.

En lo que se refiere a los cambios que ha atravesado la manera de practicar la medicina a lo largo de la historia, existe una gran brecha ─que se ensancha cada día más─ entre lo que sostenían los postulados hipocráticos y lo que observamos en la actualidad. Pero, por fortuna, en la motivación de muchos de los profesionales involucrados en este quehacer, aún podemos encontrar algo de aquella sentencia griega de la que nos hablaba Pedro Laín Entralgo en su libro «La relación médico-enfermo», que decía: «Donde hay philanthropíe (amor al hombre en cuanto hombre), hay también philotekhníe (amor al arte de curar)» (pp.16 y 17). Quizá por eso, ni siquiera en esta época, en la que la medicina está tan fuertemente permeada por el uso de la tecnología y los profesionales de la salud realizan su trabajo en condiciones cada vez menos favorecedoras para la relación entre los protagonistas del encuentro, puede ignorarse la importancia fundamental que este vínculo reviste para el buen curso del proceso terapéutico.

Pero ¿por qué comienzo hablando de la medicina y me refiero, luego, a los profesionales de la salud? Porque, en nuestros días, la atención de los problemas de salud no se piensa ya en términos de una responsabilidad exclusiva de los médicos y las médicas, sino que está a cargo del conjunto más amplio de profesionistas que integran los equipos de salud. Entonces, además de los médicos y las médicas generales y de las diversas especialidades, esto involucra a los y las profesionales de enfermería, odontología, nutrición, químico-farmacéutica, trabajo social y otras profesiones afines. También, de manera muy destacada y pese a que no los encontramos aún tan presentes como se desearía, a los y las profesionales de la psicología.

Es por eso que, al estudiar las vicisitudes de la relación médico-paciente, tenemos que ampliar nuestra mirada para considerar al conjunto entero de las diversas profesiones implicadas. Pero, en el estudio de este tema, es igualmente importante no perder de vista que hay ciertas especificidades que marcan la relación de cada integrante del equipo de salud con las personas a las que atienden, debido al papel diferenciado que cada una de estas profesiones tiene en el proceso de atención.

Estos son algunos de los puntos a cuyo estudio nos introduciremos en el curso corto «Las emociones en la relación médica(o)-paciente».

Referencias:

Laín Entralgo, P. (1969). El médico y el enfermo. Biblioteca para el hombre actual.

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