Patrones familiares y educabilidad cultural*

*Esta es la segunda y última parte de un resumen de Meltzer, D. (1990). Patrones familiares y educabilidad cultural. En Metapsicología ampliada (pp.175-200). Buenos Aires: Spatia.

Por Sara Fasja

Meltzer numera las cuatro funciones parentales y sus contrarios. Estas ocho funciones pueden ser implementadas a través de comunicaciones o acciones, ya sean manifiestas o encubiertas, por la verdad o por mentiras. Asimismo, en cualquier momento pueden ser delegadas a algún miembro de la familia indistintamente, que puede quedar en conflicto con su par opuesto. Puede existir una dependencia en algún miembro que cumple cierta ocupación para todos. Las funciones pueden ser asumidas o impuestas, o puede que nadie las ejecute y con esto sobrevenga el caos y la ansiedad catastrófica implícita.

Ahora, Meltzer utiliza las funciones y los modos de aprendizaje para describir los modelos familiares que propone. Primero describirá los distintos modelos de familia conyugal.

– La familia conyugal: La pareja (no necesariamente los padres) realiza las funciones de generar amor, promover la esperanza, contener el dolor depresivo y pensar. Para esto será necesario su retiro a la privacidad, supuestamente sexual y misteriosa. Cuando se separa la pareja, el ambiente es de peligro, cuando está junta, crea la expectativa de la llegada de un nuevo bebé. La historia de su noviazgo promueve interés y esperanza del futuro en los miembros. La persona maternal soporta el grueso de las proyecciones de los niños, el padre está al final de la cadena, y sostiene a la madre.

Toda la ansiedad catastrófica de los miembros dependientes se centra en la madre. La flaqueza de la madre se le atribuye a la debilidad del padre que es una prueba de que el sistema está sobrecargado de odio y persecución proyectada, estimula la polarización de los miembros y la búsqueda de chivos expiatorios.

El crecimiento de todos los miembros es necesario para la seguridad familiar. Es una estructura móvil. La relación con la comunidad se da a través de los miembros que representan a la familia. El nombre familiar es responsabilidad de todos.

La vulnerabilidad se encuentra en la identidad insustituible de cada miembro. Si se pierde uno, incluso en un aborto, la familia puede no recuperarse.

– La familia de casa de muñecas: Por la rigidez de la latencia, dos jóvenes se casan sin haber podido identificarse con la comunidad adolescente, lo cual da lugar a una caricatura de la familia conyugal. Ellos siguen buscando alcanzar las expectativas de los padres, que incluye la de multiplicarse. Si es inteligente, la pareja prospera económicamente a través del conformismo y el “buen ojo” para aprovechar las oportunidades, dentro de los límites marcados por el temor. El ambiente es como estar en “el escaparate” y reservado en cuanto a lograr posibles vínculos con los vecinos o la comunidad a la que, lejos de beneficiarse de ella, se somete e idealiza a los miembros oficiales de ésta. El carácter es paradojal. Los miembros se sienten inferiores, pero con una superioridad moral. Se consideran buenos y esperan buenos niños, que muchas veces se ven algo apagados. Resuenan síntomas neuróticos, pero pasa desapercibida la patología del carácter. Los problemas generan pánico, humillación y vergüenza. El valor principal es la seguridad. El secreto se infiltra en el ambiente familiar, sobre todo en lo referido a la sexualidad.

– La familia matriarcal: La madre o sustituto se adjudica todas las funciones introyectivas. La figura paterna parecerá inadecuada o débil, o la mujer aparece como vital y fuerte, que puede llegar hasta la antimasculinidad hostil. En algunos casos, la persona que hace de madre combina atributos bisexuales adoptando el tono de familia conyugal.

Se recurre a la comunidad a que cumpla con las funciones parentales, puede llegar a generarse una relación de supuesto básico con ésta, en la que figuras masculinas de autoridad son generosos con la familia. La educación y salud proveen la motivación y justificación para cualquier grado de apoyo.

La disciplina es a través del sentimiento de culpa, los estandartes son más moralistas, apuntando a adaptarse a la comunidad “¿qué pensarán los vecinos?”. No es común la contención de desajustes de tipo antisocial o psicótico, se envían a cuidado de alguien más.

Algunas de las funciones introyectivas son colocadas afuera de la madre, en uno de los niños, por ejemplo, los cuales pueden representar la función, mas no realizarla, por lo que la inestabilidad básica aparece cuando tales funciones se ven extremadas.

– La familia patriarcal: Un tipo suave de paternalismo puede parecerse a la familia matriarcal, o si el carácter bisexual es fuerte, puede aproximarse a la familia conyugal, pero cuando el patriarcado se impone por el carácter agresivo y grandioso del padre, y sobre todo cuando la madre se ha marchado, los niños son regidos con una disciplina muy severa, muchas veces implementada por alguna hermana del padre añosa. Se dan abusos físicos y mordacidad verbal, por medio de la religiosidad para apuntalar la autoridad del padre. Surge un sistema de control económico feudal. Los hombres escapan, las mujeres pueden quedarse en una relación masoquista con respecto al padre.

La relación con la comunidad es de independencia orgullosa y dependencia no reconocida. La denigración de lo femenino (cualidades y figuras) es inconfundible. La ternura es debilidad. La mentira es el peor crimen.

La bondad del padre puede hacer que el ambiente no sea demasiado agrio. El educado podrá realizar algunas de las funciones introyectivas, pero los abuelos comúnmente asumen la función de generar amor. Si la educación del padre es baja, la función de pensar puede adjudicarse al hermano mayor. La contención de niños delincuentes o psicóticos se realiza mejor que en la familia matriarcal, aunque es más inestable que ésta, por la facilidad de que el aspecto tiránico desarrolle pandillas o se acerque a un grupo de Supuesto Básico. La enfermedad del padre o la dificultad económica pueden desintegrar rápidamente a la familia.

– La familia-pandilla, amazónica y titánica: El matriarcado y el patriarcado pueden deslizarse fácilmente al estado más narcisista de formación de pandillas cuando el carácter de la persona dominante presenta un equilibrio precario entre la madurez y la pseudomadurez. Pero este estado se dará más, característicamente, cuando uno de los padres está poderosamente impulsado por identificaciones negativas. Por ejemplo, en personas que se independizaron de padres a quienes consideraban malos o inadecuados en sus métodos de crianza. Las políticas edificadas sobre los cimientos de la crítica tienen implicaciones muy negativas, y las positivas se construyen sólo intelectualmente y no emocionalmente hacia los niños, y la comprensión de sus ansiedades. Existe una determinación de “siempre tener la razón” y demostrar su superioridad, para así justificar su rebelión anterior, esto los impulsa a hacer que los niños se conformen a sus esperanzas ya sea de bondad, independencia o rendimiento.

Las funciones introyectivas son más simuladas que ejercidas, de forma que la dramatización reemplaza a los funcionamientos genuinos. El amor es reemplazado por seducción, mimos e indulgencia. La esperanza por jovialidad maniaca, desconociendo los sentimientos depresivos. Pensar se simula con refranes, frases gastadas y dogmas. El comportamiento es chato, queriendo simular el estatus y esnobismo.

La rebelión o el fracaso provocan rechazo y propician el castigo y la exclusión. Es amazónica matriarcal, o titánica patriarcal, no reconoce su dependencia de la comunidad, adopta una actitud delincuente de “pillaje de desperdicios” hacia los servicios disponibles. La culpa se evade mediante proyectar la responsabilidad al colocar a la pandilla en tensión y atención. Mienten para explotar los servicios y buscar benevolencia. El liderazgo pasa fácilmente de los padres al niño inteligente, que funciona como primer ministro gobernante. La elocuencia es apreciada, sobre todo, cuando implica falsear la verdad.

La actitud agresiva hacia la comunidad es intransigente al defender a los miembros más débiles de la familia, con una actitud de justa indignación como bandera.

Impide a sus miembros establecer una relación de dependencia y confianza con los maestros, pero espera que logren suficientes progresos para dar solidez al ambiente hogareño y a los principios declarados de crianza. El desafío a la autoridad ocurre hasta haber aprendido habilidades suficientes, en la adolescencia. Mientras, el rendimiento académico es bajo y poco equilibrado. Hay una fuerte tendencia a una relación folie a deux entre padres e hijos que predispone al rechazo a la escuela.

– La familia invertida: Cuando una o ambas figuras parentales son psicóticas o dominadas por tendencias criminales o alguna perversión sexual. Se da una caricatura hostil de la familia. La inversión de los valores coloca a la familia en una relación desafiante con la comunidad y sus valores, en un aislamiento que tiende a disimularse por su movilidad. La economía es precaria y con tendencia a ser ilegal. La relación con los vecinos es deprecatoria y provocativa o conspiratoria. Cercana al mundo del espectáculo, la política, la prostitución y el mundo criminal. Las adicciones, la promiscuidad, las perversiones, el incesto y la agresión forman parte de la atmósfera familiar.

Las funciones introyectivas están ausentes. Por lo mismo, la acción es desenfrenada, y el dolor mental circula según la ley del más fuerte, el cual, al final es evacuado a la comunidad en acciones depredadoras. La tiranía promueve identificación con las figuras más fuertes, ya sea físicamente o mediante el uso de la inteligencia para promover confusión, agravar rivalidades, promulgar desconfianza y fomentar ansiedades persecutorias. Las funciones migran de un miembro a otro, hay una gran propensión al caos y fácilmente se puede pasar al grupo de Supuesto Básico de apareamiento, o a convertirse en bandidos. Tienden a peregrinar, por lo cual, los niños no se adaptan bien a la escuela ni se pueden integrar en la comunidad. Estas familias pueden pertenecer a cualquier clase social. Están cercanas las creencias bizarras, la superstición y los delirios, la perversión, las piromanías y el suicidio.

Niveles de supuesto básico en la organización familiar

– Grupo de Supuesto Básico de dependencia: La función de liderazgo recae sobre el miembro más grandioso del grupo. Su función es representar y no ejecutar las funciones de pensar, planificar y asumir responsabilidad. Genera la actitud de esperar benevolencia y buena voluntad de la comunidad. Se distancia el mal al colocarlo lejos. La historia familiar se utiliza para justificar políticas y actitudes.

– Grupo de Supuesto Básico de lucha-fuga: El liderazgo recae sobre el miembro más violento. La violencia se confunde con fuerza y convicción, genera actitud de voracidad despiadada en relación con la comunidad. “Ver que se haga justicia” y “hacer valer nuestros derechos” con el fin de recolectar provisiones para preparar la fuga a un nuevo vecindario. El tiempo apremia, no hay tiempo de pensar. Lo esencial es la acción. Un pesimismo impulsa la huida, y se quema todo lo que sea útil al enemigo. La fuga puede convertirse en una guerra fría donde se actúa como parasito de la comunidad, al arrasar con sus recursos, pero después los jóvenes se alejan para buscar posibilidades más excitantes y el grupo muere.

– Grupo de Supuesto Básico de apareamiento: Carece de líder, vive con la expectativa de la llegada de un nuevo líder, como un nuevo bebé o su representación. Puede ser una nueva (vieja) idea, lugar o tarea, por ejemplo, un negocio, que tiene el sentido de ser una cámara nupcial donde se creará el salvador. El amor entonces es una mercancía vendible o transmisible y hacer el amor es casi de forma industrial. La familia siente que todo el mundo está contra ellos, aspira a aislarse de la comunidad. Se sienten espiados, resienten las leyes que los obligan a enviar a los niños a la escuela para ser corrompidos. Su meta es preservar la ilusión de autosuficiencia.

La ignorancia de la historia hace que equiparen entre bondad y primitivismo, sintiendo lo natural como bondadoso. Ningún grado de aislamiento disipa la idea paranoia de ser el centro de una curiosidad amplia y poco amistosa. Casi siempre, hay un texto que transmite una promesa de realización inminente para mantener a los hijos comprometidos con el grupo. Este grupo puede tornarse antisocial debido a su santurronería (falsedad, exagerada devoción), o por prepararse para una lucha-fuga para tomar el poder en la comunidad.

Lee la primera parte de este resumen aquí.

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