La psicología del arte: una propuesta metodológica

Por Emmanuel Chilpa Santos

La pintura, la escultura, la literatura y la música han acompañado a la humanidad a lo largo de los siglos en una relación compleja entre mente, vida y arte. Los intercambios, conflictos, distanciamientos, entramados y nudos de esta relación trascienden la aprehensión técnica e histórica y cuestionan la esencia misma del ser humano. En ese sentido, la psicología nos ofrece una valiosa herramienta para comprender dicha imbricación.

Cuando se intenta delimitar el campo u objeto de la psicología del arte, los fenómenos a estudiar suelen recibir de manera muy general el nombre de “experiencia estética” (Marty, 2000), y aunque este concepto pierde en objetividad, gana en amplitud y complejidad al evitar reduccionismos. En términos generales, se pueden mencionar tres perspectivas de análisis de la experiencia estética: la del autor de la obra de arte, la del espectador y la del objeto artístico en sí mismo (Marty, 2000). A lo largo de la historia de los estudios estéticos, han habido períodos en los que ha primado la consideración del artista, otros en los que el espectador ha sido el objeto de estudio directo y algunos en los que obra de arte (o conceptos abstractos relacionados con esta, como puede serlo la belleza) se ha constituido como el foco central de análisis.

La psicología del arte sigue los mismos pasos de la estética al proponer que la experiencia creativa y la percepción del arte pueden considerarse como dos caras de la misma moneda, donde la relación entre ambos sujetos queda establecida por una experiencia estética compartida sobre un mismo objeto. No es, pues, posible dejar de lado ni el concepto de creador ni el de espectador, ni podemos olvidarnos del fenómeno sobre el que inciden estas dos experiencias: la obra de arte.

El arte, con su dinamismo técnico y conceptual, desafía (y enriquece) a la psicología a través de la constante producción de nuevas formas de representación de la psique capaces de expresar —a través de la subjetividad del artista— la multiplicidad de ámbitos y condiciones que la constituyen (González, 2008).

Ahora bien, este abordaje presenta ciertas dificultades. Al reflexionar sobre la naturaleza subjetiva de la experiencia estética y sobre las formas en que puede producirse conocimiento científico a partir de dicha subjetividad (González, 2008), la  psicología del arte se enfrenta a los postulados de objetividad y racionalidad del pensamiento científico moderno.

Hemos de tener presente, sin embargo, que las teorías son modelos intelectuales producidos para generar visibilidad sobre una determinada cuestión o conjunto de cuestiones. Dichos modelos tienen un punto de arranque tan subjetivo como cualquier obra de arte, con la diferencia que los modelos teóricos son responsables de generar vías de construcción de información que permitan el desarrollo de nuevas formas de inteligibilidad sobre lo empírico (González, 2008).

El arte como producción subjetiva, y no exclusivamente como práctica discursiva contextual, evidencia la creatividad individual Así, una postura teórica que desconoce el carácter productivo de los procesos psíquicos a partir de su naturaleza simbólica y emocional, y solo toma en cuenta las condiciones de la cultura —como lo hace el construccionismo social en psicología— es incapaz de estudiar a cabalidad los procesos que tienen lugar en la obra artística (González, 2008).

La ciencia (incluyendo la psicología) no puede subordinar el tipo de fenómeno que estudia a las reflexiones metodológicas dominantes que privilegian lo objetivo y lo racional sobre lo subjetivo y lo emocional. Por el contrario, tiene que ser capaz de generar opciones metodológicas sobre múltiples vértices para producir representaciones teóricas que abran nuevos espacios de inteligibilidad al interior de los problemas estudiados al proponer modelos de conocimientos parciales y abiertos en lugar de estructuras rígidas cerradas y autocontenidas.

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Referencias

González, F. (2008). Psicología y arte: razones teóricas y epistemológicas de un desencuentro. Tesis. (3 noviembre 2008)

Marty, G. (2000). Los problemas de una psicología del arte. Arte, individuo y sociedad. (12), 61-69. Recuperado de https://dx.doi.org/10.5209/ARIS

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