La importancia de seguir estudiando para refinar el trabajo clínico

Por Nadezda Berjón M.

 

Quien no está interesado en percibir, es probable que se pierda de muchos elementos que lo rodean. Una mujer vive en cierta ciudad extranjera desde hace casi veinte años y aún se asombra al encontrar edificios con acervos artísticos que no conocía. Cada semana, sale a buscar lugares que la sorprendan y enamoren. Cada tanto, encuentra algo nuevo. Incluso, está atenta a su museo favorito cuando saca de la bodega algún cuadro guardado por años. Es el mismo museo, la misma colección, pero aún tiene algo por descubrir.

 

Así, para poder captar lo inconsciente, se requiere de curiosidad, interés y dirección. Alguien ajeno a esta disciplina y a su existencia no busca sentidos ocultos en los sueños, ni piensa en la fuerte ambivalencia de la persona que, una vez que está en el banco, se da cuenta de que olvidó los datos para hacer un depósito. Un estudiante de psicoterapia psicoanalítica tiene la atención y los sentidos atentos para percibir lo inconsciente, escucharlo y tratar de asirlo en la vida cotidiana, en los pequeños detalles, en la monotonía que de pronto es rasgada por algo nuevo, pues un paciente es como esa ciudad que nunca se termina de conocer.

 

Siguiendo con la metáfora de las ciudades, debo decir que la arquitectura me resulta fascinante, ya sea por la combinación de las vanguardias europeas con lo mexicano en Luis Barragán, el estilo futurista de Zaha Hadid o la arquitectura orgánica de Frank Lloyd Wright. Sin embargo, cuando me encuentro frente a una de estas edificaciones, a pesar de sentir emoción y asombro, no veo mucho más allá que cualquier otro paseante. Es decir, mi formación es como psicóloga y psicoanalista, y aunque lea un poco sobre dichas construcciones, mi mirada no logra percibir elementos que sí ven, por ejemplo, los arquitectos. Veo, pero no sé qué mirar: ¿dimensiones, espacio, materiales, combinación con el entorno?

 

Por ello, sumemos un aspecto adicional al de estar abiertos e interesados en percibir lo inconsciente: el acceso a elementos dinámicos en nuestra mente que nos ayuden a dicha tarea. Es decir, no basta con estar atento o presente de modo activo, se requiere más. Cuando se dispone de más herramientas, se captan más cualidades. Lo mismo ocurre con la música, la naturaleza o el deporte, por nombrar solo algunas situaciones comunes, pero si no se tienen nociones profundas, queda como una vivencia, aunque agradable, trivial.

 

En términos del psicoanálisis y su práctica, cuando estoy en sesión con un paciente necesito tener como telón de fondo la sexualidad infantil, las teorías sobre las pulsiones y las emociones, las nociones de transferencia y contratransferencia, el trabajo de los sueños, las diferentes ansiedades y su manejo, las fantasías inconscientes y más. No es suficiente estar presente en la sesión, con buena actitud y compromiso. Para mirar, ayuda estudiar diferentes teorías, actuales y clásicas. La capacidad de observar se agudiza con el entrenamiento y el estudio.

 

Hace muchos años, después de concluir la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica, me di cuenta de que algo faltaba en mi escucha. Me esforzaba, estudiaba, podía trabajar a varios niveles, pero, de nuevo, había un espacio importante en mi conocimiento por cubrir. Estudiar el Doctorado en Clínica Psicoanalítica me dio lo que estaba buscando. Si bien contaba con bases sólidas, necesitaba ampliarlas y actualizarlas de modo organizado y coherente, con la guía de psicoanalistas que habían transitado ese mismo camino. Estudiar por cuenta propia es esencial, pero requiere del orden, inspiración y comprensión de docentes con mayor experiencia y conocimientos.

 

Hace poco, me llamó la atención un psicoanalista inglés (Kahr, 2019) que enfatiza la importancia de mantenerse activo leyendo, facilitado mediante el complejo y amplio programa del doctorado. Retomo algunos de sus comentarios:

 

  • La gran mayoría de los psicoterapeutas clínicos no leen.
  • Los que estudian las publicaciones de nuestro campo, artículos contemporáneos y clásicos, tienen una capacidad infinitamente mayor a florecer en cada aspecto.
  • El psicoterapeuta bien estudiado no solo inspira seguridad en otros, sino que también cuenta con una rica colección de pensamientos e ideas que ha internalizado, de recomendaciones y técnicas, de comprensión e insights, que le ayudan a tratar a los pacientes de modo más benéfico.
  • Los mejores clínicos han devorado la literatura de modo microscópico (inspiración bienvenida).
  • El psicoterapeuta que estudia la literatura a profundidad tendrá mayor oportunidad de leer a sus pacientes de manera apropiada, completa y comprensiva, tomando nota de cada aspecto de la sesión.

 

Es indudable que la formación debe mantenerse activa. El Doctorado en Clínica Psicoanalítica de Centro Eleia es la herramienta que necesitas para dar ese paso a ser mejor en tu trabajo con pacientes.

 

Referencias

 

Kahr, B. (2019). How to Flourish as a Psychotherapist. Phoenix Publishing House.           

Compartir: