La psicología en el siglo XXI

Por Carmen Islas

El panorama de la psicología en el siglo XXI reúne muchas escuelas que son herencias de modelos científicos, culturales, literarios y del pensamiento de la época. Es un panorama complejo y multicultural.

    Dentro de la diversidad de modelos teóricos en psicología encontramos los que buscan comprender al hombre en su individualidad y subjetividad, y aquellos que lo hacen con un criterio social. Son enfoques que reúnen ideas para comprender y resolver problemas de ansiedad, depresión, violencia, insatisfacción, lucha de género, el crecimiento de las adicciones, las perversiones y psicopatías. Toda escuela o corriente de pensamiento en psicología aporta un vértice de conocimiento que nos permite saber más.

En el psicoanálisis, que es mi área de interés y experiencia, interesa el mundo interno de la persona y sus vínculos emocionales, utilizamos la interpretación de fenómenos inconscientes para ayudar a la comprensión profunda de la mente.

Desde esta perspectiva, la equidad de género, la transformación de la constitución familiar, la integración cultural, los problemas derivados del avance tecnológico, fenómenos como la adicción a programas televisivos, a los celulares y el uso continuo de la tecnología, manifiestan el estado mental de una persona, su estructura psíquica, los conflictos de la infancia y de la sexualidad. Para ilustrar la idea pensemos en un adolescente que lucha contra sus deseos de masturbación y se desconecta de ellos con desplazamientos a juegos repetitivos electrónicos. No es la única causa de esa adicción, pero sí una que contribuye mucho. Una persona deprimida es candidata a la droga; los deseos infantiles visuales sobre la sexualidad parental es fácil trasladarlos luego a mirar pornografía.

Las escuelas psicoanalíticas actuales, hay varias importantes, investigan los procesos inconscientes que determinan las emociones, el comportamiento, los síntomas que preocupan a la persona y los rasgos de la personalidad que crean dificultades en el trabajo o en las relaciones. A través del estudio de la transferencia en la sesión analítica, de la asociación libre, los sueños, los actos fallidos, lapsus y síntomas neuróticos llegamos a entender el inconsciente.

A mi juicio el psicoanálisis tiene la enorme ventaja de ser la manera más profunda de comprender la mente y curar; su limitación es la cantidad de personas que pueden analizarse y de analistas entrenados para realizar la cura.

Pienso que la psicología social tiene posibilidades de contribuir a mejorar a más personas, lo mismo que el uso de psicotrópicos de manera juiciosa.

Como psicoanalistas nos apartamos de justificaciones racionales y nos acercamos más a la verdad de nosotros mismos, a la ampliación de nuestro conocimiento en profundidad de los vínculos humanos, de la experiencia emocional y se desarrolla la creatividad.

Los psicólogos sociales tienen interés en problemas que se presentan con los padres que desean concebir sus propios hijos, pero requieren de la fertilización in vitro, la implantación de óvulos, los vientres asistidos, los diagnósticos prenatales o la predeterminación del sexo del bebé.  Reflexionan sobre conductas de maltrato y violencia familiar o social y también analizan movimientos en la sociedad humana como el #Me Too, que se hizo viral en las redes sociales, iniciado por mujeres jóvenes en octubre de 2017 contra un productor de cine estadounidense, en el que se denunció el abuso de jefes, parejas, familiares y compañeros de trabajo. La psicología social ayuda a comprender estos fenómenos buscando la mejor manera de abordarlos. Desde el psicoanálisis, en cambio, se analizan las motivaciones inconscientes que nos llevan a estos problemas, la responsabilidad psíquica que cada uno tiene ante la realidad externa, los múltiples significados que se pueden leer detrás de estos hechos. Estas problemáticas también pueden ser vistas como reflejo psicológico de comportamientos grupales primitivos, lo que los psicoanalistas llamamos protomental, presimbólico o pensamiento concreto que somete al individuo, lo aliena, que no permite las novedades o la imaginación.

Un reto para la psicología es la comprensión del mundo laboral, para enfrentarlo se encuentran los psicólogos laborales que hacen coaching, capacitación y detección de necesidades laborales.  Si proceden con ética, son útiles trabajando en niveles conscientes de la mente.

Hoy en día hay mucha presión para ser cada vez más eficientes y productivos, para generar ingresos, pero no siempre son para cubrir las necesidades del hogar, sino una forma de avidez o mimetismo grupal. Encontramos en la práctica clínica problemas psicológicos de empresarios, ejecutivos o profesionistas con problemas de sobrepeso, ansiedad y síntomas. Vemos mujeres que dejan de lado su maternidad y la crianza de sus hijos por anhelos económicos y perseguir obsesivamente el éxito laboral. Como consecuencia de ello, niños que crecen en soledad, que pasan muchas horas en las redes sociales, rodeados de aparatos electrónicos, porque ambos padres salen de casa a trabajar casi todo el día. Son niños que se apartan de sus propias necesidades, del juego y de actividades creativas, que han perturbado su mundo de relaciones. La psicología tiene mucha relevancia para ayudar a pensar las dificultades en los vínculos, las inhibiciones en el aprendizaje, el sentimiento de soledad o la confusión.  Los psicólogos sociales, por ejemplo, son pragmatistas o empiristas, analizarán estadísticamente estos comportamientos de forma grupal, a ellos les interesa el estudio de los procesos grupales, la competencia, el liderazgo, los estereotipos, el feminismo y el poder. Y este enfoque, si es bienintencionado y no una perversión encubierta, tiene su utilidad.

Otro tema que tiene mucha importancia por el impacto que produce en la salud mental y física es la relación mente-cuerpo. La neuropsicología es una de las escuelas que estudian esta relación a través de la fisiología y la neuroanatomía, lo hacen observando los fenómenos mentales, la atención, la memoria, la sensopercepción, relacionados con el funcionamiento bioquímico.

La psicología experimental desea incidir en las personas a través de la terapia conductual, basada en los principios de aprendizaje y condicionamiento con las que se intentan modificar conductas indeseables, un ejemplo son los trastornos alimenticios. La psicología conductista observa las funciones cognitivas, la conducta manifiesta y luego la sistematiza para hacer predicciones.

El psicoanálisis estudia los síntomas psicosomáticos a partir del mundo de las emociones, las fantasías, los sueños, las características individuales y el funcionamiento de la mente.

A pesar de la exigencia de construir un campo científico específico y diferenciado como es la salud mental y la enfermedad, algunas áreas de la psicología no se separaron del todo de las disciplinas que le dieron origen (la neurofisiología, la fenomenología, el humanismo) y están demasiado influidas por el momento histórico y cultural. Como vemos el estudio de la psicología es muy amplio, sus diferentes enfoques nos ayudan a seguir acrecentando nuestro conocimiento sobre la complejidad del comportamiento actual del ser humano.

Todo puede ser útil para estudiar la psicología humana, el psicoanálisis, la psicología social, la conductista, las neurociencias, la antropología, la filosofía y los estudios políticos y antropológicos. Conviene diferenciar el nivel de análisis que se hace y su objetivo, lo social requiere una estrategia de intentar la solución, lo individual puede ser el campo de práctica psicoanalítica.  La visión compleja de la realidad impera hoy en las humanidades y las ciencias, no lo unitario y simple.

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