‘Viva la vida’

Por Víctor H. Ruiz Franco

‘Viva la vida´ es el nombre de la pintura que Frida Kahlo firmó ocho días antes de morir en 1954. Los especialistas no llegan a un acuerdo sobre la fecha en que la artista realizó este cuadro. Lo que sí se puede confirmar es que ocho días antes de su muerte, tomó sus pinceles y pintó sobre una de las rebanadas de sandía: ‘Viva la vida’.

Un año antes, a causa de la gangrena, había sufrido la amputación de su pierna derecha, esos dolores se sumaban a los provocados por la infección en su destrozada columna, mismos que describió en su diario y que la acompañaron hasta el día de su muerte.

Resulta conmovedor, al tiempo que interesante, pensar en lo que motiva a una persona para despedirse con un mensaje de este tipo, en el que más allá de la adversidad física y psíquica, se deja un mensaje de alegría por la vida. Al respecto, Melanie Klein en el texto de 1957 ‘Envidia y Gratitud’ menciona que:

“Los que sienten que han tenido participación en la experiencia y placeres de la vida son mucho más aptos para creer en la continuidad de la vida. Esta capacidad para la resignación sin amargura excesiva, que no obstante conserva vivo el poder de gozar, tiene su origen en la infancia.

Es mi sugerencia que la felicidad experimentada en la infancia y el amor por el objeto bueno que enriquece la personalidad se hallan en el fondo de la capacidad para el goce y la sublimación, haciéndose sentir esto aún en la vejez.

Cuando Goethe dijo: ‘El más feliz de los hombres es el que puede hacer concordar estrictamente el fin de su vida con el comienzo’, yo interpretaría ‘el comienzo’ como la relación temprana feliz con la madre que durante toda la vida mitiga el dolor y la ansiedad y aún da apoyo y satisfacción al anciano”.

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