Cómo trabajamos en Psicoterapia y Psicoanálisis

Por Gabriel Espíndola

El psicoanálisis es un modelo privilegiado para la exploración de la mente que favorece el crecimiento emocional, enriquece los vínculos intersubjetivos y otorga a quien se analiza una herramienta excepcional para el autoconocimiento. Se trata de un método de investigación, una forma de psicoterapia con características propias y bien definidas.

En sus orígenes, el psicoanálisis encontró tierra fértil en el tratamiento de padecimientos como la histeria y otras neurosis. Conforme avanzó el tiempo y la investigación de los modelos inconscientes y sus manifestaciones, el método buscó nuevas áreas para su aplicación. El trabajo se extendió, entonces, a nuevos campos clínicos, algunas veces con éxito y en otras con severas limitaciones. El psicoanálisis infantil es uno de los campos clínicos que ha conseguido mayor desarrollo y buenos resultados, no así el de la psicosis.

El psicoanálisis logró convertirse en uno de los métodos principales para el tratamiento de los conflictos mentales y de las diversas manifestaciones psicopatológicas, debido a la necesidad inherente de la sociedad de atender tales problemas, tomando en cuenta que hasta mediados del siglo pasado no existían suficientes recursos clínicos especializados en esta materia. La naciente disciplina no sólo proponía un sistema de trabajo, sino un cuerpo teórico consistente con sus hallazgos y múltiples estrategias de intervención. Sin embargo, el método fue llevado a las fronteras de su aplicación.

Para la segunda mitad del siglo XX, la psicofarmacología irrumpió con fuerza en el escenario de la salud mental. Sus buenos resultados en comparación con otros métodos para la contención sintomática de los pacientes psicóticos u otros padecimientos graves hicieron de ella la herramienta psiquiátrica por excelencia, desplazando el estudio del inconsciente por el de la molécula. Por una parte, la psiquiatría encontró un mejor aliado y, por otra, el psicoanálisis halló la posibilidad de orientarse a los campos clínicos donde encontraba mayor eficacia.

A su vez, la expansión del método fuera del campo de las neurosis hacia las psicosis, las perversiones, las caracteropatías, las adicciones y otras dificultades emocionales, dio pie al desarrollo de un gran número de propuestas técnicas e investigaciones clínicas que en la actualidad permiten una mejor comprensión de sus fortalezas y limitaciones. Asimismo, brindó herramientas para la atención de estos pacientes y estableció puentes de comunicación con otras disciplinas, dando origen a lo que hoy denominamos “psicoterapia psicoanalítica”.

El psicoanálisis se trata de un método único de psicoterapia y exploración del inconsciente, pues sus grandes beneficios derivan de que persigue la transformación estructural del sujeto, no sólo la contención de sus síntomas. Por otro lado, diremos también que se trata de un método restringido para pacientes que se encuentran en el espectro de las neurosis y que mantiene un dispositivo centrado en la interpretación de la transferencia, los sueños y la asociación libre del paciente. El analista es neutral en su trabajo, abstinente y utiliza su contratransferencia para proponer diversos significados a la experiencia del analizado por medio de la interpretación.

No obstante, con base en sus victorias y derrotas, el psicoanálisis ha desarrollado alternativas para la aplicación de su método a nuevos campos. En conjunto, estos parámetros (Eissler,1953) conforman la Psicoterapia Psicoanalítica y tienen por objetivo emplear la teoría y técnica psicoanalíticas en pacientes que presentan alteraciones situadas en un orden que llamaremos, siguiendo a Green, “no neurótico”. Las modificaciones al método clásico en la frecuencia de sesiones, el uso del diván, la estrategia interpretativa, recurrir a ciertas herramientas (confrontación, clarificación o señalamientos), o bien, la intervención de terceros (familiares, tutores, médicos, psiquiatras u otros miembros del equipo de salud), son algunas de las características de este modelo.

La psicoterapia psicoanalítica mantiene en su centro el análisis de la transferencia y la contratransferencia, el anonimato del analista, su neutralidad y abstinencia, la interpretación de los sueños y el análisis del carácter del paciente. Sin embargo, requiere de la observación, del señalamiento y de la interpretación de elementos no verbales, imprescindibles para el análisis del carácter o de las presentaciones transferenciales de tipo perverso o psicótico. Según algunos autores, su metodología podrá apoyarse en el uso de elementos de contención de las conductas impulsivas o autodestructivas u otras modificaciones que el tratamiento demande.

De ninguna manera se trata de un modelo de menor mérito, sino que representa una alternativa que responde a la complejidad de la mente humana. La realidad es que al tomar pacientes con motivaciones tan diversas, la psicoterapia psicoanalítica abre un espacio de riqueza excepcional para el tratante y también para el paciente, quien puede beneficiarse de algunos de los mejores instrumentos del psicoanálisis, pero a través de un dispositivo más adecuado, evitando el “diván de Procusto”, como menciona Etchegoyen en su erudito texto sobre Las formas de transferencia (1978).

En tanto que esta cuestión forma parte de un conocimiento vivo, nos enfrentamos a numerosas preguntas, retos y perspectivas sobre la metodología. Algunos autores se dirigen de manera más específica a la realidad y los déficits causados por el ambiente, otros optan por el trabajo con el mundo interno y la configuración de la fantasía inconsciente; también podemos hablar del modelo intersubjetivo y de campo que propone una noción constructivista de la mente. Tales propuestas hacen énfasis en alguno de los múltiples aspectos e incertidumbres que plantea el trabajo clínico.

En este taller compartiremos distintas experiencias clínicas con el objetivo de discutir los fundamentos y las características del modelo con el cual trabajamos. A través de la experiencia clínica (sesiones o entrevistas) reconoceremos diferentes estrategias de intervención y analizaremos tanto sus beneficios como dificultades.

Gabriel Espíndola

es Psicólogo por la Universidad Iberoamericana. Estudió la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica y el Doctorado en Clínica Psicoanalítica en el Centro Eleia, donde se desempeña como coordinador del Plantel Norte y docente a nivel licenciatura y maestría. Es autor del libro «Tiempos de un inconsciente freudiano» y coautor de «Lo psíquico: fantasía, fantasma y realidad», editado por el Centro Eleia; asimismo, ha publicado diversos artículos en medios nacionales e internacionales relacionados con la salud mental. Realiza psicoterapia individual de adolescentes y adultos.

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