Transferencia/contratransferencia psicótica en la clínica de los trastornos graves

Por Erandi Almazán
 
“Recuerdo que en las caminatas por la playa junto a mi padre yo le contaba sobre mis primeros trabajos como terapeuta musical con una joven muy retraída que sufría de esquizofrenia y a la que le encantaba tocar el piano. Ella solía acompañarme mientras yo tocaba el violonchelo. Aunque en realidad debería decir que yo intentaba desesperadamente seguir, con gran dificultad, su ritmo extremadamente errático. Recuerdo que mi padre me decía que ella necesitaba tener el control de la situación, y que yo debía seguirla y ayudarla con cuidado a descubrir un ritmo y pulso más estables, de modo de converger entonces las dos en un punto medio. Es decir que yo debía acceder a su mundo y lentamente ayudarla a transitar hacia la realidad. Él me enseñó esa forma de trabajar con los pacientes, lo cual he continuado aplicando desde entonces”.
Angela Rosenfeld, 2015.
 
Tanto los conceptos de transferencia y contratransferencia son centrales en la clínica psicoanalítica actual. El primero, se refiere a los aspectos de sí mismo que el paciente coloca en la persona del analista; por su parte, la contratransferencia implica afectos y fantasías generados en el analista en respuesta a lo que el paciente le colocó. Ambos son inconscientes, pero de ser trabajados, aportan gran comprensión al trabajo terapéutico.
Adrienne Harris (2015) denominó magia bruta al binomio transferencia/contratransferencia, pues representa una suerte de alquimia en la que, al mezclar intuitivamente sustancias —fuerzas oscuras, en el sentido de ser desconocidas, toscas, sin adiestramiento—, se da origen a un nuevo elemento con una esencia particular. Hermosa, peligrosa, íntima, transformadora.
Sigmund Freud dijo poco sobre la contratransferencia. Consideró, en un principio, a los sentimientos que el paciente despierta en el analista como un impedimento en el trabajo analítico. Sin embargo, reconoció el potencial de esto, instando al analista a que sus contribuciones en esa área se basaran, si bien, en un afecto espontáneo, que fuera medido con consciencia. Es después de Freud, sobre todo entre los analistas kleinianos, los postkleinianos y aquellos que abrazaron la teoría de las relaciones objetales, que se coincide en pensar a la contratransferencia como una herramienta útil, sobre todo para acceder a los pacientes refractarios en el método psicoanalítico tradicional. 
Wilfred Bion (1977) apuntó que la transferencia que hacen los pacientes graves con el analista es psicótica: prematura, precipitada y de una intensa dependencia. Ante el despliegue de la experiencia total de relación temprana con el objeto primario, el paciente oscilará entre tentativas de ensanchar el contacto (fusionarse con el terapeuta) y tentativas de restringirlo (incluso, con tintes paranoides), lo que genera una respuesta intensa en la pareja analítica.
Por su parte, Herbert Rosenfeld (1987) trabajó arduamente con pacientes graves, psicóticos. Sobre la dupla transferencia-contratransferencia, notó una gran sensibilidad con relación al otro. Fue a partir de estas observaciones que concluyó que los bebés, desde etapas muy tempranas, no sólo se relacionan con el seno y la forma en que la madre gestiona la alimentación, sino que también son muy susceptibles a los estados mentales de ésta y de su capacidad para relacionarse o no con él. 
Es común que como analistas surjan inquietudes en la consulta ante un paciente con características graves, como el narcisismo y la grandiosidad, o las fallas en la relación con la realidad externa. Por ejemplo, se nos quedan en la mente más tiempo que otros consultantes; nos asustan o los vemos como peligrosos; nos quedamos empantanados con su discurso o confundidos (lo que corresponde a los sentimientos contratransferenciales generados en sesión).
Si bien, resulta fascinante andar por los territorios que comprende la clínica de los trastornos graves, también es cierto que la inmersión significa contactar con ansiedades primitivas, tanto del paciente, como de uno mismo: intensas, terroríficas y, en ocasiones, enloquecedoras. Trabajar con estos interlocutores es, por momentos, como viajar a la prehistoria y ser el monstruo que irrumpe y desfigura el universo de quien allí habita. Somos como la tormenta, el relámpago o la nieve imponente que cala sus huesos; la bestia con la que se enfrentan o evitan, aquella que necesitan comerse, o a la que urge inmovilizar y aniquilar, pues amenaza su integridad. 
De manera paradójica, podríamos ser la maravilla que refresca, calienta, fortalece, quita el hambre, ilumina, todo así: muy intenso, contrastante, estridente, efusivo, salvaje. Hablamos de pacientes que tienden a la acción y en los cuales la vivencia se condensa fundamentalmente en el soma: lo sensorial y lo concreto, cuyos afectos no suelen pasar por la mente, sino que, de forma sistemática, son proyectados, expulsados o evacuados. Con estos pacientes, uno podría verse como arrasado, sentirse perdido, confundido, experimentando periodos dolorosos de no saber qué pasa, de no entender. 
Te invitamos al diplomado “El tratamiento de los estados fronterizos y de los pacientes graves”, en el cual exploraremos algunos caminos andados en materia de psicosis y su abordaje, desde la experiencia psicoanalítica, siguiendo a los principales teóricos y clínicos de lo no neurótico, quienes cimentaron las plataformas teóricas que ahora nos nutren, sostienen y han posibilitado el trabajo con estos pacientes, pero que antaño también se estremecieron, dudaron y no supieron cómo responder a las expresiones francas y contundentes de la pulsión destructiva.
 
 
Referencias:
Bion, W. (1977). Volviendo a pensar. Ediciones Hormé.
 
Harris, A. (2015). Transference, Countertransference, and The Real Relationship. En Person, E., Cooper, A. y Gabbard, G. (2005). Textbook of Psychoanalysis. (pp. 201-216). American Psychiatric Publishing. 
 
Martín Cabré, L. J. (1998). La contribución de Ferenczi al concepto de contratransferencia. Revista de Psicoanálisis de Madrid, 28, pp. 79-96. 
 
Rosenfeld, A. (2015, 28 de octubre). My father, Herbert Rosenfeld. [Presentación] Instituto de Psicoanálisis. Recuperado de Melanie Klein Trust, el 5 de julio de 2023, en: https://melanie-klein-trust.org.uk/wp-content/uploads/2022/03/My-father-Herbert-Rosenfeld-%E2%80%93-London-web-SPANISH.pdf 
 
Rosenfeld, H. (1987). Impasse and Interpretation. Therapeutic and Anti-Therepeutic Factors in the Psychoanalytic Treatment of Psychotic, Borderline and Neurotic Patients. Routledge. 
 
 
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