Prácticas que representan un beneficio para el futuro psicólogo

Por Carmen Islas

Dentro de la licenciatura en Psicología, Centro Eleia ofrece prácticas relacionadas con el estudio teórico en casi todas sus asignaturas, (80% aproximadamente). Por ejemplo, en “Psicología del Desarrollo” se enseñan a los alumnos los aspectos que conforman a una persona desde que nace hasta que la vida adulta. Por lo tanto, en las prácticas de campo vinculadas a esta materia, los estudiantes observan a niños y a adolescentes en sus diferentes etapas, conocen directamente el proceso del desarrollo psicológico y la capacidad de estos para adquirir habilidades como el lenguaje, la marcha, el pensamiento, la socialización, la identidad, el juego, entre otras.

Para ilustrar lo anterior, en una ocasión, los alumnos asistieron a una institución cuyo principal objetivo es cuidar a jóvenes embarazadas. Esto permitió que los estudiantes estuvieran en contacto con dos de los principales problemas en la sexualidad adolescente: el embarazo a edad temprana y el uso de vientres subrogados. En dicha práctica, pudieron conocer los conflictos socioculturales de los que se derivan casos de esa naturaleza, así como el impacto que tienen física y psicológicamente en la vida de las adolescentes y de quienes las rodean. Se plantearon cuestionamientos como ¿qué pasa por la mente de una chica que carga con un bebé que no es suyo?, ¿cuál es su experiencia al ser madre? y ¿cómo impactará su experiencia en el bebé?, los cuales fueron respondidos mediante el apoyo de textos y profesores especializados en el tema.

En Centro Eleia consideramos que es importante que nuestros alumnos realicen tantas prácticas en escuelas de nivel básico como sean posibles, pues en ellas pueden observar las conductas de los niños y conocer sus historias personales. En consecuencia, los psicólogos en formación integran mejor los conceptos estudiados en el aula y despejan las dudas que les surgen en el momento, por ejemplo, ¿por qué una niña se aísla en el salón de clases o es agresiva con sus compañeros?, ¿qué impacto tiene en el aprendizaje de un niño haber sido abandonado o sobreprotegido? Asimismo, los estudiantes contactan con la ingenuidad, la espontaneidad y la alegría de los niños que se desarrollan sanamente, por lo tanto, pueden identificar y comparar conductas consideradas normales con aquellas que no lo son. Estas experiencias dotan al alumno de un conocimiento vivo de lo que han explicado los teóricos.

Cabe mencionar que las instituciones especializadas en enfermedades mentales como el Hospital Psiquiátrico Infantil ‘Dr. Juan N. Navarro’ y el Hospital de Neurología son lugares privilegiados en los que los alumnos participan en las consultas de los médicos internos, quienes entrevistan a personas que padecen de síntomas que los hacen sufrir. De esta manera, son testigos de las consecuencias del abuso de drogas, alcohol o tabaco, así como de trastornos alimenticios (obesidad, anorexia o bulimia). Lo más interesante de las prácticas de este tipo es que están junto a un profesional de la salud escuchando cómo realiza las preguntas indicadas al paciente, para luego prescribirle medicamentos adecuados y mantenerlo en seguimiento. No obstante, en estas prácticas, los alumnos tienen la oportunidad de aplicar otra forma de valorar a los pacientes con determinados trastornos, por ejemplo, toman en consideración sus emociones, sus quejas, sus miedos, su entorno familiar, etcétera.

A manera de anécdota personal, en una ocasión, un alumno se mostró inquieto cuando el paciente quería hablar más acerca de su problema con el médico psiquiatra, sin embargo, no le fue posible porque el tiempo de la consulta había acabado, o mejor dicho, fue muy limitado, situación que es frecuente en la instituciones públicas, lamentablemente. Esto demostró que el alumno valoró su formación como psicólogo con un enfoque dinámico, porque comprendió al paciente como persona que sufre, no sólo como alguien que presenta síntomas. Se percató sensiblemente de la necesidad que mostraba el paciente de ser escuchado, no sólo de ser medicado, y, al mismo tiempo, comprendió su impotencia, su tristeza y el deseo de aliviar sus síntomas. Finalmente, este alumno conoció técnicas psicoterapéuticas para llegar a la profundidad del problema y que complementan la atención psiquiátrica, experiencia que le resultó invaluable, pues manifestó su intención de aplicarlas en futuras prácticas para llegar a dominarlas en aras de ayudar a las personas.

En conclusión, en Centro Eleia consideramos que las prácticas de campo son herramientas indispensables en la formación académica, pues gracias a ellas los alumnos participan activamente ayudando a los demás, pero también obtienen una formación integral en Psicología para tratar a cada paciente de la misma forma: integralmente.

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