La transmisión

Por Catherine Goetschy

Hace más de ciento veinte años, Freud inventó e instauró el psicoanálisis que es a la vez un proceso de investigación de la mente, una teoría acerca del funcionamiento de la psique construida a partir de descubrimientos en la clínica y un método de psicoterapia dirigido a pacientes neuróticos. Es una disciplina que combina la ciencia con el arte a la que muchos de nosotros nos dedicamos hoy.

     Freud ha sido un pensador revolucionario por sus planteamientos, entre otros, entender que una gran parte de nuestros deseos y motivaciones escapaba de la conciencia, entrever el rol de la sexualidad en el desarrollo de la mente y crear un método terapéutico dirigido a un profundo conocimiento de sí. No se trata de idealizar al hombre que era Freud, un hombre con cualidades y defectos, con aciertos y errores, sino de admirar y respetar el camino que emprendió. En mi opinión, hoy en día varios aspectos de su teoría permanecen válidos y útiles en la clínica tales como la noción de inconsciente, la importancia de la sexualidad, el concepto de pulsión y la idea de transferencia. Sin embargo, lo más vigente de su legado podría precisamente ser su forma de pensar: una forma que se apoya en la capacidad de observar, indagar y escuchar; una forma que interroga tanto la patología como la normalidad; una forma atrevida que cuestiona las certezas y crea perspectivas nuevas; finalmente, una forma autocrítica, capaz de poner sus propias teorías en tela de juicio para modificarlas. Su obra constituye el fondo a partir del cual nació el movimiento psicoanalítico, es decir, todas las posteriores teorías psicoanalíticas. Algunas ampliaron el modelo freudiano, otras más desarrollaron ideas originales y distintas pero con el mismo objetivo: observar y pensar los estados emocionales.

     Nuestra filiación siempre remonta a Freud, existe un lazo y una dependencia a ese origen. La noción de filiación se encuentra muy presente en la formación del terapeuta psicoanalítico. Los que trabajamos en ese campo hemos tenido un análisis, aprendimos de nuestros supervisores y nos enseñaron conocimientos teóricos.

     Este mes de noviembre se celebran los 30 años de Eleia, la institución donde casi todos nosotros hemos aprendido a pensar psicoanalíticamente, ya sea en un programa docente, en un evento científico o en una actividad de educación continua. Sus fundadores, la Dra. Celia Leiberman y el Dr. Norberto Bleichmar nos transmitieron generosamente su experiencia y saber psicoanalíticos, también su visión acerca de la formación como personas y profesionistas, tan importante en nuestro oficio. Ellos mismos pertenecen a una generación que ha compartido lo que aprendió con otra. Nos toca seguir esa labor de transmisión, sin nunca dejar a un lado la capacidad para observar y aprender, sin nunca olvidar lo que recibimos en el camino.

Conoce más del evento del 30 aniversario de Eleia en: https://www.centroeleia.edu.mx/eleia-30-aniversario

Referencias

Froté, P. (1998), Cent ans après. Editions Gallimard, Paris.
Leiberman, C. y Bleichmar, N. (2001), Las perspectivas del psicoanálisis, Ediciones Paidós, México.

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