El psicoanálisis posfreudiano: una disciplina compleja y plural

Por Guillermo Nieto Delgadillo

Cuando Sigmund Freud publicó su famosa obra La interpretación de los sueños a finales de 1899, se topó con una decepción considerable debido a la falta de recepción inicial que ésta tuvo con el público de la época. Se vendieron muy pocas copias y tuvo críticos severos, incluso dentro de su propio círculo profesional. Esto no impidió que el genio austriaco siguiera explorando el inconsciente y la mente humana con una pasión que lo caracterizó, desde el inicio hasta el final de su vida. La sistematización del inconsciente, el descubrimiento de la sexualidad infantil, el uso de los sueños para comprender la mente humana, entre varias otras aportaciones valiosísimas, fueron ganando terreno y respeto con el transcurso de los años.

Más de ciento veinte años después, el psicoanálisis se ha posicionado como una disciplina que vino a revolucionar la concepción que tenemos sobre el ser humano, y Freud pasó a ser uno de los genios más reconocidos de la historia. Conceptos acuñados por el mismo creador del psicoanálisis, como método de exploración y descubrimiento del inconsciente, han sido adoptados por el lenguaje popular, muchas veces sin saber qué significan en realidad. Más allá de este fenómeno, es innegable que, a pesar de las controversias, mucha gente se sigue interesando por el psicoanálisis, ya sea como opción psicoterapéutica, por lo apasionante que puede llegar a ser a nivel intelectual, o por mera curiosidad.

Es un hecho innegable que Freud sentó las bases, tanto teóricas como técnicas, del psicoanálisis. En la actualidad, ideas propuestas por este autor, como el complejo de Edipo, la castración, la pulsión de muerte y otras tantas, siguen vigentes en la práctica del día a día. Fue tanto el interés que él despertó por el inconsciente y tantos los adeptos que fue ganando el psicoanálisis, que, hoy en día, existen distintas escuelas de pensamiento psicoanalítico y, prácticamente, todas ellas están ligadas, de alguna u otra forma, con las enseñanzas freudianas.

El surgimiento de dichos movimientos generó algunos debates y controversias (muchas veces necesarios para el progreso) en torno a algunos de los conceptos más relevantes. Por poner un ejemplo, hay analistas que piensan que la instancia psíquica conocida como yo no existe desde el inicio de la vida y que debe surgir en etapas muy tempranas, en las que el rol del vínculo con la madre y las primeras figuras pueden ayudar a su constitución, o bien, impedir su desarrollo de alguna u otra forma; por otro lado, una perspectiva distinta afirma que dicha instancia psíquica existe desde que nacemos, con todos los impulsos amorosos y agresivos propios del individuo. Ambas perspectivas, que si bien, pueden parecer nimias en cuanto a su diferencia, han tenido implicaciones muy relevantes en el trabajo clínico, especialmente en el de las patologías graves.

Temas como las etapas más tempranas del desarrollo psíquico, la sexualidad femenina, la naturaleza y rol de la relación entre el paciente y el analista (conocida, en este ámbito, como transferencia/contratransferencia), la concepción y el trabajo con los sueños en la clínica diaria, la diferencia entre el psicoanálisis y la psicoterapia psicoanalítica, e incluso el rol de la empatía en el progreso de los pacientes: todos siguen dando de qué hablar y brindándonos oportunidades de seguir observando y estudiando la mente humana para crecer como psicoterapeutas y hacer que el mismo psicoanálisis siga progresando de manera paulatina. Si bien, el psicoanálisis posfreudiano no deja de lado las enseñanzas del maestro Freud, brinda nuevas perspectivas sobre estos y otros temas que han permitido la ampliación del campo clínico.

Para poder tener una opinión sobre cada una de estas cuestiones, además de todas aquellas que, por motivos de espacio, me es imposible mencionar, es fundamental el estudio detallado de los autores más relevantes que han hecho del psicoanálisis una profesión tan rica y apasionante. Igual de importante es tener una mente abierta para poder cuestionarnos sobre aquellos aspectos que más ruido nos causan, pero también para preguntarnos sobre aquellos autores que más nos gustan y que, muchas veces, dejamos de cuestionar debido a una idealización. El pluralismo requiere de un diálogo constante, no de la necesidad imperante de tener razón sobre un tema particular.

En el diplomado “La práctica del psicoanálisis. De Freud a la actualidad” podrás adquirir las herramientas teóricas básicas sobre Freud y los autores que le siguieron más de cerca, hasta el psicoanálisis contemporáneo, con toda su riqueza y complejidad. Si te interesa aprender cuáles son los postulados básicos del psicoanálisis y cómo ha ido evolucionando teóricamente a lo largo de estos ciento veintitrés años, este diplomado será una gran opción que te permitirá formarte una idea inicial y, en el mejor de los casos, generará una curiosidad aún mayor por esta manera de percibir la mente humana.

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