Una supervisión de otra latitud: experiencia con la Dra. Mónica Cardenal

Por Fernanda Aragón

Como parte de la supervisión técnica en la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica del Centro Eleia, tuvimos la extraordinaria oportunidad de contar con la presencia de la Dra. Mónica Cardenal, Analista con función didacta de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires. Fue coordinadora científica, profesora asociada del Posgrado en Psicología Clínica y Psiquiatría Infantojuvenil en la Universidad del Hospital Italiano, Buenos Aires, y coordinadora del seminario de observación de lactantes, dictado según el método de Esther Bick, modelo Tavistock, en el Hospital Italiano. Asimismo, es asesora académica y supervisora del programa de asistencia a niños de la calle y jóvenes refugiados en Puebla, México (Fundación JUCONI) y en Ecuador (JUCONI Ecuador). Es coautora y coeditora de los libros Territorios postkleinianos. Una actualización de la tarea psicoanalítica (Teseo, Buenos Aires 2020) y The infinite infantile and the psychoanalytic task. Psychoanalysis with children, adolescents and their families (IPA, COCAP y Routledge).

Con una calidez excepcional, la Dra. Cardenal pidió que la alumna de sexto semestre de maestría relatara la historia de Sandy, una pequeña de 4 años que acude a terapia a raíz de la pérdida de su abuela materna, accidentes frecuentes y gran temor a la muerte de sus padres.

Desde su amplia experiencia teórico-clínica, la Dra. Cardenal destacó:

  1. La importancia de contar con un encuadre sólido, tanto con los padres como con la niña, que permita el trabajo analítico.
  2. La relevancia de un trabajo frecuente, es decir, varias sesiones por semana, ya que de esa forma se construye un vínculo cercano, que posibilita un trabajo profundo.
  3. Como analista de niños, siempre hay mayor complejidad, debido a que hay que mantener contacto con los padres y, en ocasiones, derivarlos a psicoterapia de pareja, individual o familiar, dependiendo de los conflictos detectados
  4. Se destacó la valentía de la alumna para abrir las puertas de su trabajo y poder pensar juntas el mundo interno de la pequeña.
  5. La presencia concreta de los padres genera ansiedades en la pequeña, quien está muy pendiente de sus reacciones y, de manera hipotética, puede ser receptáculo de las ansiedades de muerte de los padres, en especial de la madre, quien está en duelo por haber perdido a su progenitora.
  6. Los niños tienen grandes capacidades para resolver duelos; lo que puede obstaculizarlo es que la mente de los adultos que los cuidan proyecta en el psiquismo del niño lo que no toleran.
  7. Destete temprano, debido a la separación brusca del pecho de la madre y el ingreso a la guardería, lo cual compensan con el colecho. En las sesiones se confirma la hipótesis de que la paciente busca bebés frecuentemente, con gran curiosidad del interior del cuerpo de la madre.
  8. Es perjudicial para los niños estar dentro de la cama de los padres y estar en el medio de la escena primaria todo el tiempo.
  9. La mente necesita otro tiempo, que no necesariamente coincide con el tiempo biológico, para asimilar las separaciones y los hitos del desarrollo, como, por ejemplo, el destete y el control de esfínteres.
  10. El pecho es un objeto tan integrador; el pecho en la boca integra el self. Se integran el aparato digestivo, los labios, los cachetes y la mucosa oral.

En conclusión, fue un encuentro muy interesante, lleno de nuevas ideas y cuestionamientos que dejaron abiertas las puertas para continuar reflexionando sobre el psicoanálisis infantil.

Ver el entusiasmo y la dedicación con el que la Dra. Mónica Cardenal describió lo que acontecía en las sesiones, con los dibujos y en el vínculo terapéutico, fue una invitación a seguir, con pasión, esta gran labor.

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