Teatro y psicoanálisis, semblantes teóricos para el entendimiento de la mente humana

Por Emile Lejars
Si bien Freud utilizó la famosa obra de Edipo Rey de Sófocles para ejemplificar y explicar el Complejo de Edipo como modelo para el desarrollo psicosexual de la mente humana, la marca que dejó el uso de una tragedia griega en el pensamiento psicoanalítico va mucho más allá de ser sólo un ejemplo. En el libro La tragedia, los griegos y nosotros (2019), Simon Critchley aborda la función de la tragedia desde los tiempos de la Grecia antigua hasta los nuestros. Critchley explica que la tragedia originalmente se usaba como una herramienta para educar al pueblo que no tenía acceso a la educación y al pensamiento filosófico; los antiguos griegos tenían la idea de que un pueblo sin educar caería en la hybris o desmesura, es decir, en prácticas como el incesto, el parricidio y el castigo trágico del destino. Por lo tanto, para educar al pueblo recurrían al theatron o lugar desde donde se ve.
Critchley resalta la diferencia entre los espectadores que sólo ven una obra de teatro y aquellos que theorisan, tomando la raíz original de la palabra theoria y theorós o “espectador”. Según el autor, el rol de la tragedia en la sociedad griega antigua, y más tarde en la nuestra, era provocar en el espectador un pathos, es decir, una reacción que el mismo Freud emplearía en sus trabajos más tempranos como un objetivo del tratamiento psicoanalítico.
Si bien Freud más tarde cambia su postura respecto al pathos, si lo tomamos desde la postura de Critchley, que, aunque no es psicoanalista, propone que el efecto del pathos provoca en el espectador una ruptura con la vida cotidiana y el estado de ánimo, logrando así una theoría, o bien, una reflexión propia de la escena que se vio. Si rescatamos la función que Freud (1895/1992) le daba al pathos (una descarga emocional alcanzada a través de la comprensión de las fuerzas puestas en movimiento alrededor de un conflicto, o de haber traído lo inconsciente a lo consciente) y la vinculamos con la definición que le da Critchley hoy al objetivo de una tragedia, tenemos como resultado algo muy parecido a lo que llamamos un insight, que en psicología se refiere a formar un nuevo pensamiento o dar un nuevo sentido a partir de una experiencia emocional.
Ahora bien, la idea de un teatro como ejemplo de la vida psíquica no se detuvo en Freud. Klein compara espléndidamente la fantasía inconsciente con un “teatro familiar”, que se refiere a la idea de que la fantasía inconsciente se está jugando constantemente en la psique de cada sujeto. A partir de este “teatro familiar” o “guion”, las personas hacen su vida y forman sus vínculos.
Si la tragedia tiene una función reveladora y de ruptura en el flujo de pensamiento, y que su propósito es educar la mente del pueblo, quizá podemos pensar una sesión psicoanalítica como un trabajo de “teatro personal”, realizado por el paciente y dirigido hacia sí mismo. Más bien, tanto el paciente como el terapeuta se transforman en espectadores (theorós) y, por lo tanto, en formuladores de theorias, con el objetivo de llegar a un pathos o insight que modifique el pensamiento del paciente.
Más tarde, encontramos otros usos del concepto del teatro en la teoría psicoanalítica; por ejemplo, en McDougall, en títulos como Teatros de la mente: ilusión y verdad en el escenario psicoanalítico (1982) y Teatros del cuerpo (1991). Más tarde, incluso podría rastrearse en el pensamiento postkleiniano en autores como Bion y Meltzer, quienes argumentan que una experiencia dolorosa es la que eventualmente permite formular un nuevo pensamiento para hacer frente a dicha experiencia y aprender de ella.
Así pues, podemos asumir que ver una tragedia nos provoca un impacto emocional por identificación a la escena en cuestión. Entonces, quizá la historia del teatro y la del psicoanálisis están mucho más conectadas de lo que parece, pues se han alimentado la una de la otra para un entendimiento de la mente y el comportamiento humano más profundo.
A lo largo de la práctica y el desarrollo del psicoanálisis, nunca escatimamos en hacer uso de los personajes más famosos de los autores más prominentes del teatro occidental, como Shakespeare, Goethe, Sófocles, Esquilo, Molière, Ibsen, Chéjov, entre muchos otros. A su vez, sin duda, los escritores de teatro más contemporáneos han recurrido a la teoría del inconsciente propuesta por Freud para desarrollar nuevas obras y nuevos personajes, como Artaud, Schnitzler, Ionesco, Beckett, entre otros.
Hoy en día se considera que, para que un terapeuta tenga una mayor facilidad de entendimiento de las historias de sus pacientes, vale la pena que experimente la vida lo más cercana posible a las vivencias emocionales. Es decir, que “viva la vida”, que enriquezca su conocimiento cultural y emocional a través de la experiencia de las tendencias actuales y relevantes de su contexto. Similarmente, Stanislavski, uno de los autores más importantes de la teoría y técnica teatral, opina que, para que un actor de teatro esté completamente formado, debe de experimentar la vida de la misma forma, pues en sus palabras: “El verdadero artista es inspirado por todo lo que le ocurre a su alrededor” (p. 45).
En conclusión, Freud, al buscar como ejemplificar su teoría sobre el desarrollo psicosexual del humano y encontrarlo en una obra de teatro, da total sentido a la palabra “Theoria”, pues se convirtió en una ciencia que, para su desarrollo, el científico/pensador detrás de ella “ve”, “se ve” y luego “theorisa”.
Referencias:
Bleichmar, N., & Leiberman, C. (2017). El psicoanálisis después de Freud. Ediciones Culturales Paidós.
Critchley, S. (2020). La tragedia, los griegos y nosotros (Obra original Tragedy, the Greeks, and Us, Profile Books, 2019). Turner Publicaciones S. L.
Degaine, A. (1992). Histoire du théâtre dessinée. A.-G. NIZET.
Freud. S. (1992). Estudios sobre la histeria. Obras completas (Vol. 2). Amorrortu. (Obra original publicada en 1985).
Ortiz, E. (2022). Donald Meltzer. Actualizaciones en psicoanálisis. Un estudio de su obra. Instituto Universitario Eleia.
Laplanche, J., & Pontalis, J. (1974). Diccionario de psicoanálisis. Editorial Labor S.A. Definición de “Abreacción”.
McDougall. J. (2012). Teatros de la mente. Routledge.
Stanislavski, K. (2017). El arte escénico. Siglo XXI Editores.