Recomendación literaria: La obsesión artística, el fracaso y la muerte del espíritu en «El malogrado», de Thomas Bernhard

Por Blanca Herrmann
El libro El malogrado (1983/2011), del autor austriaco Thomas Bernhard, aborda los temas de la búsqueda de la perfección artística, la obsesión y sus consecuencias. La narración toma como punto de partida la figura del virtuoso del piano Glenn Gould, y Bernhard convierte su vida en ficción al imaginarla entrelazada con la de dos amigos suyos, también pianistas. La trama transcurre principalmente en la mente de un narrador anónimo, quien, durante un viaje hacia la casa del fallecido Wertheimer, rememora la relación entre él mismo, Wertheimer y Gould desde su encuentro en Salzburgo como estudiantes de piano. A través de sus recuerdos, se retrata el genio y la fama de Gould y el consecuente suicidio de Wertheimer, incapaz de soportar una vida vivida a la sombra del talento excepcional de su amigo.
La relación de los dos amigos hacia Gould es casi obsesiva. Desde que se conocen en su juventud, ambos sienten una atracción profunda por el genio que revoluciona las interpretaciones del piano, en específico las de Johann Sebastian Bach y las Variaciones Goldberg. Sin embargo, la trama también expone las consecuencias de esa obsesión y de la constante comparación con los demás. Wertheimer y el narrador, cegados por el virtuosismo de Gould, deciden abandonar la carrera pianística, aunque nunca llegan a romper su vínculo con él. El protagonista del libro no es Gould, sino Wertheimer, el malogrado, así bautizado por el propio Gould. El apodo alude a su condición de hombre enamorado del arte, pero incapaz de ser un artista como Gould: “Él quería ser artista… En definitiva, estaba enamorado de su fracaso, si es que no chiflado incluso, pensé, se había obstinado en ese fracaso hasta el fin” (Bernhard, 1983/2011, pp. 76–77). Wertheimer es presentado como un hombre proveniente de una familia austriaca de comerciantes adinerados, con propiedades en todo el país, pero cuyas raíces el malogrado desprecia. Al admitir su aparente fracaso musical, se vuelca a la filosofía, lo que lo conduce a una existencia solitaria, casi ermitaña.
En la historia, Wertheimer muere por su propia mano, consumido por sus delirios en torno a la perfección musical, mientras que Gould muere durante una interpretación técnicamente perfecta de Bach. Como comenta Stephen Dowden (1991), los delirios sobre el virtuosismo técnico conducen a una muerte en vida; la perfección (o más bien su búsqueda infructuosa) significa la muerte (p. 147). Glenn Gould representa la idealización de las metas de vida, y Wertheimer, la frustración, como una espiral en la que solemos caer cuando nuestras vidas se convierten únicamente en la búsqueda de la perfección. La perfección es también un símbolo de fracaso (Martin, 1995, p. 171), de modo que los demás logros, cualidades y afectos que rodean a los personajes se vuelven secundarios, grises e indiferentes. Así, otros caminos vitales que emprenden, como la escritura o la búsqueda de una familia, resultan infructuosos, ya que el genio resplandeciente del talento pianístico termina por opacar todo lo demás.
El malogrado ofrece una mirada cruda hacia el fracaso. La compulsión de Wertheimer por convertirse en un pianista virtuoso lo lleva a depender del ideal que ha construido de Glenn Gould. Este último deja de ser una persona de carne y hueso para convertirse en la figura inalcanzable del artista. Al no romper con esa idealización, Wertheimer no logra independizarse ni tener una vida propia: “Wertheimer era un emulador ininterrumpido, emulaba a todo el que creía que estaba mejor situado que él, aunque no tenía condiciones para ello, como ahora comprendo, pensé, había querido ser sin falta artista y, por ello, cayó en la catástrofe” (Bernhard, 1983/2011, p. 69).
En sí, esta novela ilustra cómo la obsesión y la desconexión emocional pueden conducir a la autodestrucción, subrayando la fragilidad de la identidad humana cuando se expone al fracaso y a la presión social y cultural de medir los posibles éxitos a partir de la comparación con los demás.
Referencias:
Martin, C. (1995). The Nihilism of Thomas Bernhard: The Portrayal of Existential and Social Problems in His Prose Works. BRILL.
Blake, J. (2015). A Canadian icon in a ‘cretinous provincial dump’ – Glenn Gould and Thomas Bernhard’s novel The Loser. British Journal of Canadian Studies, 28(1), 71–88. https://doi.org/10.3828/bjcs.2015.4
Dowden, S. D. (1991). Understanding Thomas Bernhard. Univ of South Carolina Press.
Bernhard, T. (2011). El malogrado. Alfaguara.