¿Qué tiene el otro en su interior?: el misterio de los pensamientos y emociones ajenas

 

Probablemente has observado edificios cuya fachada de cristal permite asomarse hacia el interior, al tiempo que erige una frontera invisible que mantiene excluidos, pero curiosos, a quienes están fuera. Piensa también en la forma en que, cuando alguien camina por la calle y ve abierta la puerta de una casa, es casi imposible que no trate de mirar hacia adentro.

Aunque banales, estos ejemplos dan cuenta de un tema esencial en la literatura psicoanalítica y, en general, dentro de la historia del desarrollo de nuestra subjetividad: el misterio de lo que guardan los objetos en su interior. ¿Qué tendrán esos edificios? ¿Quiénes vivirán ahí? Seguro notarás que la descripción del edificio puede fungir como una metáfora que da cuenta de un aspecto más profundo de nuestra experiencia: el deseo de conocer lo que hay en la mente del otro, la cual siempre nos parece un misterio, una pregunta sin resolver sobre la que pensamos y cuyo desconocimiento nos produce diversas emociones y conflictos.

Según la teoría de Melanie Klein, los primeros momentos de la vida humana constituyen un encuentro asimétrico entre la madre y el bebé (Klein, 1930/2008). Desde la óptica del pequeño, la madre representa una figura todopoderosa, dadora de vida y poseedora de la verdad, con la capacidad de calmar las angustias del bebé mediante su presencia, pero también de despertar la desesperanza con su ausencia. En este intercambio, el bebé introyecta, de manera gradual, conceptos tales como el paso del tiempo, el amor, el conocimiento o la gratitud, que irán ganando complejidad, a medida que la subjetividad se enriquece.

A su vez, la asimetría de este encuentro implica el despliegue de una amplia gama de experiencias emocionales (Meltzer, 1990/1988). Desde la mente del bebé, que apenas comienza a desplegar su potencial, estos momentos despiertan la admiración y la envidia al mismo tiempo. Estas pasiones, colocadas en el cuerpo y la mente de la madre, constituyen, a su vez, los primeros cuestionamientos que el niño hace de sí mismo y del mundo circundante. Sin embargo, pronto queda clara la imposibilidad de conocer el interior de la madre, tanto de sus aspectos corporales como de sus capacidades mentales. En estos momentos de la historia personal es en done yace la raíz de episodios cotidianos como los que describía al inicio, en donde la curiosidad mundana da cuenta de una tendencia a conocer el interior.

Como resultado de dicha curiosidad aparecen la fantasía y el pensamiento imaginativo, los cuales intentan armar un puente entre la percepción de lo externo y la pregunta por el interior. El arte, por ejemplo, representa la articulación en un medio tangible y observable de aquello que, de otro modo, permanecería resguardado en la interioridad particular. Aun cuando no todas las personas desarrollan aptitudes artísticas, el uso del lenguaje y de otras expresiones simbólicas da cuenta de nuestra capacidad para expresar nuestra interioridad y para cuestionarnos acerca de la ajena. Esto es esencial para establecer puentes, pues suele surgir curiosidad por conocer qué hay en la mente del otro, por saber cómo se le ocurren sus ideas o qué piensa de nosotros. Aunque esto, tal vez, no ocurra todo el tiempo, los momentos en que se presentan dichas dudas son el testimonio de la tendencia a conocer el interior.

Cabe mencionar que, aun si entendiéramos estas teorías del desarrollo mental como metáforas y modelos explicativos de lo que podría ocurrir en los primeros meses de vida, los ejemplos que aporto develan que para el ser humano representa un problema el conocer el interior del otro. ¿De qué otra manera podría entenderse, por ejemplo, la fascinación de Elon Musk por desarrollar un sistema que permita trasmitir nuestros pensamientos directamente a otra persona?

 

Referencias:

Klein, M. (2008). La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo. Obras completas. Amor, culpa y reparación (vol. 1), Paidós. (Obra original publicada en 1930).

Meltzer, D. (1990). La aprehensión de la belleza: el rol del conflicto estético en el desarrollo, la violencia y el arte. Spatia. (Obra original publicada en 1988).

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