Neurosis y alteraciones del carácter: campos clínicos del psicoanálisis

Por Miguel Eduardo Torres Contreras

Psicoanálisis, neurosis y carácter son términos que están estrechamente relacionados; constituyen una tríada que nos ayuda a comprender el desarrollo y funcionamiento de la mente. Un breve esbozo histórico nos permite entender por qué el psicoanálisis es una opción para el trabajo clínico con las neurosis y las caracteropatías.

El término neurosis fue creado por el médico escocés William Cullen en 1777, cuando publicó un tratado de medicina, cuya segunda parte tituló Neurosis o enfermedades nerviosas (Laplanche y Pontalis, 1996), su acepción se expandió rápidamente y, en el siguiente siglo, Charcot la usó para designar la histeria como una enfermedad funcional. Pierre Janet, discípulo de Charcot, se inclinó por atribuir a las neurosis una causalidad psíquica.

Después de su encuentro con Charcot, Freud definió la histeria como una neurosis y se distanció de sus contemporáneos en su comprensión: su origen estaba en la sexualidad infantil y enraizada en lo inconsciente. Así, la histeria pasó a ser el prototipo de las neurosis, con lo cual nació el psicoanálisis. Además, distinguió entre neurosis actuales y psiconeurosis: concibió a las primeras como padecimientos cuyo origen era una falta de satisfacción sexual en el presente y los síntomas no constituían una expresión simbólica. Las segundas, por su parte, las entendió como afecciones cuya raíz era un conflicto psíquico de la sexualidad infantil y los síntomas una expresión simbólica de este. A su vez, subdividió las psiconeurosis en dos grupos: de transferencia (histeria, obsesión y fobia) y narcisistas o psicosis (esquizofrenia y paranoia).

En 1923, con la introducción del modelo estructural de la mente (Ello, Yo y Superyó), Freud propuso la existencia de tres estructuras psíquicas: la neurosis resultado de un conflicto entre el ello y el yo, la psicosis como trastorno entre el yo y la realidad exterior que deviene en la construcción de una realidad delirante y alucinatoria; y la perversión como una desmentida de la castración y con una fijación en la sexualidad infantil (Roudinesco y Plon, 2005). Por lo tanto, el psicoanálisis como opción psicoterapéutica surgió a partir de la comprensión clínico-teórica de las psiconeurosis de transferencia. Debido a lo anterior ‑y a otras razones que no abordaremos aquí‑ Freud afirmó que el psicoanálisis era un tratamiento que servía sólo para atender a sujetos con psiconeurosis de transferencia.

En cuanto al surgimiento y uso del término carácter y neurosis de carácter en psicoanálisis, la cuestión es aún más compleja. Hay que precisar que Freud sólo utilizó el término carácter, por lo que neurosis de carácter es post-freudiano. En 1908 publicó Carácter y erotismo anal donde relacionó la pulsión sexual con la forma estable de ser y comportarse del neurótico obsesivo: ordenado, ahorrativo y terco (Chemama y Vandermersch, 2004). Después, incorporó la elección de objeto en la configuración del carácter y, más tarde, los procesos identificatorios. En efecto, con la introducción del modelo estructural de la mente, el yo se forma a partir de identificaciones y esto hace que adquiera su carácter específico (De Mijolla, 2007). Freud se dio cuenta de que no bastaba con hacer consciente lo inconsciente para eliminar los síntomas, sino que en los analizados había resistencias al tratamiento, de las cuales no se percataban y que aparecían como su forma de ser habitual. La explicación que propuso fue la siguiente: eso que en un principio resultaba displacentero el yo lo incorporó en su ámbito de acción y así se volvió parte de la forma de ser y comportarse del sujeto (Freud, 1940 [1938]).

En términos generales hoy en día se acepta la distinción entre lo que es una neurosis (sintomática o clásica) de lo que es una neurosis de carácter o caracteropatía. Surge entonces la pregunta ¿cómo distinguir una de otra? Uno de los criterios fundamentales es la presencia de un cuadro distintivo de signos y síntomas en la neurosis y la ausencia de dicho cuadro en la caracteropatía, por ejemplo, un neurótico obsesivo con acciones compulsivas, como lavarse las manos constantemente hasta lastimarse la piel. Por su parte, un sujeto con carácter obsesivo invierte mucho tiempo en revisar la presentación que tiene que entregar a su jefe, y no atiende otros deberes con sus colegas, pero, ante el reclamo, argumenta “las cosas se hacen bien, hay que ser profesionales en el trabajo”. Otro criterio, íntimamente ligado con el anterior es que en el neurótico los signos y síntomas le causan sufrimiento (egodistonia). En cambio, en el sujeto con una caracteropatía lo que hace no le provoca sufrimiento (egosintonía), ya que lo considera una forma de ser positiva y que incluso es valorada socialmente.

Aunque es posible diferenciar una neurosis sintomática de una neurosis de carácter, esto en la práctica clínica a veces no es tan fácil. Hoy en día, hemos llegado a comprender que la estructura y funcionamiento de la mente son muy complejos y no hay ni neurosis ni caracteropatías puras. De manera que, en un sujeto con una neurosis sintomática, existen rasgos de carácter propios de su funcionamiento mental y, viceversa, en un sujeto con una neurosis de carácter pueden existir síntomas de diverso tipo.

Finalmente, con base en las aportaciones teórico-clínicas de más de cien años de psicoanálisis y experiencia clínica propia y de otros colegas, podemos afirmar que nuestro método constituye una alternativa idónea para abordar este continuum que se da entre las neurosis clásicas o sintomáticas y las neurosis de carácter o caracteropatías.

 

Referencias

Chemama, R. y Vandermersch, B. (2004). Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires: Amorrortu.

De Mijolla, A. (Ed.). (2007). Diccionario internacional de psicoanálisis. Madrid: Akal.

Freud, S. (1940 [1938]). Esquema de psicoanálisis. En Obras completas. Tomo 23. Buenos Aires: Amorrortu, 2004.

Laplanche, J. y Pontalis, J. B. (1996). Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.

Nieto, G. (2018). El concepto de resistencia en psicoanálisis: un abordaje teórico-clínico (tesis de maestría). México: Centro Eleia.

Roudinesco, E. y Plon, M. (2005). Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.

Compartir: