La interpretación en psicoanálisis, una revisión teórica

Nadezda Berjón es ex alumna del Doctorado en Clínica Psicoanalítica del Centro Eleia, generación 2014. Presentó el viernes 22 de abril de 2016 su examen profesional con la tesis “La interpretación en psicoanálisis, una revisión teórica”, una investigación completa que observa distintos marcos teóricos de referencia para comprender los detalles fundamentales de la interpretación dentro del psicoanálisis.

Todas las tesis de Doctorado se pueden consultar en la biblioteca del Centro Eleia. A continuación presentamos algunos puntos importantes que la doctora expuso en su tesis:

La interpretación en psicoanálisis, una revisión teórica

Por Nadezda Berjón M.

La labor del psicoanálisis, a diferencia de otros abordajes terapéuticos, plantea la existencia de fuerzas internas inconscientes, más allá de lo verbal y de la cognición, que se filtran por todo el psique-soma y, si bien no marcan de modo absoluto a la personalidad, sin duda la moldean. Dentro de este contexto, podemos decir que el encuentro psicoanalítico es íntimo y personal y su objetivo es proporcionar al paciente una información que desconoce, pero que le corresponde.

La interpretación surge por vez primera en el trabajo de Sigmund Freud, “La interpretación de los sueños” de 1900. Actualmente, los elementos esenciales incluyen aquellos fenómenos que ocurren entre analista y analizando, es decir, lo transferencial-contratransferencial, así como el establecimiento de un encuadre fijo y estable que permita su despliegue:

En la práctica psicoanalítica intervienen la experiencia del analista, su personalidad e ingenio, sus limitaciones, intuición, inspiración, la naturaleza de la enfermedad del paciente, las necesidades del paciente en particular, las consideraciones reales, la cultura, factores comunicacionales y operacionales. Puede decirse que hay tantas técnicas como psicoanalistas. (Bernstein, 2001).

Por otra parte, Etchegoyen (1986) señala que la interpretación es el instrumento del que el analista dispone para abordar lo que trae el paciente, que es material inconsciente en forma de sueños, lapsus, fantasías, transferencias, resistencias y demás manifestaciones. Para este fin, el autor describe los tres niveles de la metapsicología freudiana mediante los cuales se puede construir la interpretación:

  • Topográfico: llevar del lugar inconsciente al consciente. Por ejemplo, un niño juega en sesión a que golpea un muñeco y lo envenena. El paciente tuvo un hermanito hace unos meses. Aunque, según narra la madre, el niño se porta muy bien con el recién nacido, a partir de este material se le intepretar, mientras juega, que guarda mucho rechazo y enojo hacia ese bebé que vino a quitarle la atención de mamá. Aunque lo quiere mucho, le gustaría pegarle y desaparecerlo, por lo enojado que se siente. Traemos así lo inconsciente al consciente, en este caso, como parte de la técnica de juego que permite la liberación de la fantasía sin amenazar los vínculos.
  • Dinámico: venciendo resistencias específicas de acuerdo a la estructura. A un paciente neurótico que sueña frecuentemente pero que dice no recordar nada, se le puede señalar que parece preferir borrar todo lo que hubo en su mente porque le parece amenazador o inquietante. Así intepretamos su resistencia a recordar como una manifestación de la represión.
  • Económico: develando los afectos cristalizados; se dirige la atención hacia un síntoma o defensa que da muestra de la lucha pulsional interna. Por ejemplo, una mujer se enferma cuando su pareja le propone matrimonio y deben postergar la decisión. Podemos comunicarle mediante la interpretación que quizá este padecer expresa una ambivalencia. Más adelante, se muestra que identifica a su pareja con el padre, por lo que la ambivalencia y el síntoma se acentúan.

Asimismo, Etchegoyen (1986) indica que, a grandes rasgos, la interpretación puede ser:

  1. Histórica. En referencia a un evento del pasado infantil, reconstruyendo los recuerdos y recuperando los afectos ligados a dichas vivencias. Por ejemplo, una mujer cuya madre padecía ceguera y era poco afectuosa con su hija, al grado de no satisfacer sus necesidades básicas, se comporta en la vida como una sombra silenciosa sin expresar deseos ni emociones. Se le puede decir en cierto punto que quizá el no ser mirada por su madre cuando niña le causó un gran impacto y dolor, como ahora que no cree poder ser mirada en el trabajo o en la relación de pareja que mantiene.
  1. Sobre el aquí y ahora, es decir, la transferencia. A la misma paciente se le puede interpretar que tal vez crea que yo no la miro realmente, que sus necesidades me son indiferentes y que por ese motivo viene a sesión desanimada, con ganas de quedarse en casa, sola.
  1. Cuando es pertinente integrar aspectos del pasado con los actuales cubriendo todas las áreas del fenómeno psíquico. Considerando las dos clasificaciones anteriores, implica comunicarle a la paciente cómo estos eventos de su infancia la afectan y de qué manera dichas experiencias impactan en sus relaciones actuales, incluyendo lo que surge en la sesión.

Etchegoyen (1986) apunta que la interpretación pertenece al paciente, ya que proviene del material que aporta inconscientemente. Por tanto, debe nutrirse esencialmente de lo que el paciente trae a la sesión, ya sea preverbal o verbalmente. Es necesario abstenerse de teorizaciones lejanas al conflicto del individuo y procurar la comprensión de su dinámica particular.

La interpretación debe ser desinteresada, en tanto persigue el fin único de informar al paciente sobre sus modalidades más profundas. Es importante que se ofrezca cuando es pertinente y requerida por el paciente, ya que su objetivo no es constatar la sabiduría o creatividad del analista. Una buena intervención debe conducir al insight, aunque sea a lo largo del tiempo. Asimismo, liga significados, promueve nuevos sentidos e, idealmente, transforma la mente haciendo consciente lo inconsciente mientras se interpreta el contenido psíquico, las defensas y resistencias dentro de un marco transferencial.

El psicoanálisis considera la preeminencia de una realidad psíquica sobre la real y a través de ella lleva a cabo su cometido. En la teoría freudiana existen fantasías infantiles comunes a todos, con temas como la rivalidad, el deseo incestuoso, los impulsos agresivos de muerte, la curiosidad por la reproducción, los celos, la ansiedad de castración y otros (Bleichmar, 2001). La fantasía inconsciente forma el escenario sobre el que se desarrolla la vida mental, dando lugar a múltiples libretos internos. El analista escuchará el relato de los sucesos externos, pero su atención estará especialmente dirigida a la experiencia  interior de su paciente (ídem).

Como analistas debemos permanecer atentos y comprometidos tanto con cada nuevo encuentro, como con el continuo estudio de nuestra profesión.

Referencias:

-Bernstein, A. (2001). The Classical Parameters of Psychoanalytic Technique: A Review. Mod. Psychoanal., 26:125-181.

– Etchegoyen, R. H. (1986). Los fundamentos de la técnica psicoanalítica. Buenos Aires: Amorrortu, 2005.

– Leiberman, C.; Bleichmar y cols. (2001). Las perspectivas del psicoanálisis. México: Paidós.

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