La confusión en el funcionamiento de la mente adolescente

Por Mariana Castillo López

Durante la adolescencia ocurren diversas modificaciones internas, es un momento de caos que también implica una promesa de crecimiento. Dicha metamorfosis impacta en todos los aspectos de la mente del adolescente; el pensamiento, la conducta y la forma de ser típica en los jóvenes delata y permite observar que el proceso de transformación se ha iniciado.

Es decir que la mente del adolescente va a funcionar de una forma especial caracterizada, entre otras cosas, por un estado de confusión normal en varios aspectos psíquicos. Son niños y a la vez adultos, les cuesta trabajo reconocer la diferencia entre lo informal y lo formal, entre aquellas cosas que son privadas y las que se pueden compartir públicamente. En el trabajo clínico con pacientes adolescentes, encontramos con frecuencia motivos de consulta relacionados con dichas confusiones, las cuales pueden presentarse de manera moderada o tener un impacto más profundo, llegando así a comprometer la integridad o el desarrollo de los jóvenes.

Las personas adultas que están en contacto con adolescentes, como maestros, coordinadores, consejeros y, por supuesto, los padres de familia, se dan cuenta de estas confusiones y experimentan directamente los impactos de su conducta. Los adolescentes producen muchas emociones intensas en los demás, llevan a los padres al límite, los retan, les contestan y se muestran contradictorios.

A veces piden tener momentos de soledad, pero al mismo tiempo buscan compañía y escucha en otros. Son sucios, no les gusta acomodar su espacio, ni bañarse, aunque al mismo tiempo se pueden mostrar muy interesados en su aspecto personal. Por ejemplo, una adolescente que se negaba a salir de su cuarto porque tenía un barro en la frente, para ella era la peor tragedia, se sentía monstruosa, sin entender por qué su madre no comprendía sus razones para no ir a la escuela. Esa misma joven no tenía problemas en dejarse de bañar por días, a pesar del mal olor que eso provocaba.

Es cierto que la mente adolescente cuenta ya con algunas capacidades que en la infancia no estaban instaladas, ha podido avanzar en sus capacidades de pensamiento, contacto con la realidad, memoria y atención. Pero esas habilidades no alcanzan ya para dar resolución a los conflictos que se le presentan al adolescente y es por eso que también surgen transformaciones que le ayudarán a ir construyendo una identidad, una forma de ser estable en la que se integre su sexualidad, su cuerpo, sus partes infantiles y las que irá adquiriendo poco a poco.

Donald Meltzer observa que la mente en la adolescencia se caracteriza por un estado de continuas confusiones, habita en un mundo en el que no hay diferencias claras entre aspectos contradictorios, esa forma de funcionamiento se presenta por la situación caótica y de reordenamiento. El adolescente va y viene de un extremo a otro en una especie de péndulo. Revisaremos brevemente en qué consisten algunas de esas confusiones.

Confusión entre lo público y lo privado

Los adolescentes tienen mucha dificultad para distinguir qué aspectos de su vida son de carácter público o privado. Pueden, por ejemplo, guardar celosamente los secretos de sus amigos y los propios, no compartiendo con sus padres aspectos que piensan que sólo ellos pueden saber. Por otro lado, hacen público todo lo que tiene que ver con la sexualidad. Una madre consultó porque su hija de 14 años solía publicar fotos suyas semidesnuda en Facebook, se sorprendía porque la joven no podía entender cuando su madre le decía que el cuerpo es privado y la desnudez es algo que forma parte de la intimidad.

Hombres y mujeres cuentan a sus amigos sobre sus experiencias sexuales, siempre hay conflictos en las parejas de adolescentes porque piensan que contar sobre su vida privada los hace más interesantes, exhiben su sexualidad, se besan y se tocan en público.

Confusión entre lo bueno y lo malo

Un adolescente de 12 años consultó porque en la escuela lo acusaban de maltratar a sus compañeros. En la entrevista confesó que para él ser violento era un forma de colocarse por encima de los demás, ya que su grupo de amigos lo admiraba, confundiendo la valentía con una actitud de maltrato hacia los demás. Podemos pensar que este joven, como muchos otros posee, una idea confusa de lo que significa ser bueno y malo. La bondad tiende a ser confundida con infantilismo y vulnerabilidad. Entonces ser groseros, sádicos y agresivos los defienden de sentirse como niños. Desde esta perspectiva, la típica imagen del adolescente rebelde, desafiante y seductor, tipo James Dean, se construyen, entre otras motivaciones, con base en este tipo de confusión.

Confusión entre lo infantil y lo adulto

Para el adolescente el crecimiento y la adultez es cuestión de tiempo, confunden lo adulto con irse a vivir solos, por eso los adolescentes buscan hacer viajes, irse a estudiar a un lugar lejano, porque piensan que con eso basta para crecer. Les cuesta mucho pensar que la adultez es un trabajo constante y creen, por ejemplo, que todo lo que los padres tienen es porque son grandes y no por trabajo o esfuerzo.

Sienten que las reglas y normas son imposiciones que los adultos usan sólo para controlarlos, no le ven el beneficio y lo toman como un reto. Cuando los papás salen de la casa, ellos juegan a la casita, se emocionan pensando que ser adulto es muy fácil, sin darse cuenta de lo que cuestan las cosas. Un adolescente que se fue a vivir de intercambio a Australia le llamaba a su mamá sorprendido porque cuando iba a la tienda a comprar cosas nunca compraba papel de baño, él tenía la idea de que eso ya venía incluido en la renta.

Donald Meltzer describe otros estados de confusión comunes en los adolescentes, como la confusión entre lo masculino y lo femenino, entre las partes del cuerpo y sus funciones, entre lo interno y lo externo. En el Diplomado Adolescencia: normalidad y problemas abordaremos cada uno de estos aspectos para comprender a profundidad los diversos modos de funcionamiento mental durante la pubertad.

Referencias

Meltzer, D., y Harris, M. (1988). Adolescentes. Buenos Aires: Amorrortu.

Puig, M. (2009). Sobre la adolescencia: Perspectivas clásicas y actuales. México: Centro Eleia. Tesis de Doctorado en Clínica Psicoanalítica.

Sánchez-Armass, B. (2016). Los procesos psíquicos durante la adolescencia. México: Centro Eleia. Tesis de Doctorado en Clínica Psicoanalítica.

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