Por Raquel Vega

“El bienestar de un bebé depende de la diversidad de sus medios propios, así como los de su familia y los de la sociedad en la que nace”

Serge Levobici

En el psicoanálisis, las primeras relaciones que establece un bebé se vuelven fundamentales para el desarrollo psíquico y emocional del sujeto. Los vínculos tempranos son los que cobran una especial importancia, pues en la díada madre-bebé suceden una serie de interacciones fisiológicas y emocionales que dan lugar a que, poco a poco, aquel bebé que comienza siendo un ser que no interactúa mucho y cuyas conductas son reflejas, se transforme en un ser humano con pulsiones, motivaciones y un mundo interno rico en fantasía; lo cual permite su estructuración psíquica.

Si bien la mamá aparece como la gran cuidadora, seguida por el padre, lo cierto es que la familia extensa a menudo también puede jugar un papel muy importante, como ocurre en las sociedades latinoamericanas. Desde los hermanos y los primos hasta los tíos y los abuelos, no es raro ver que algún miembro de la familia que no pertenece a la órbita de la familia nuclear funja alguna función ligada al cuidado o la convivencia cercana.

Contar con la familia extensa tiene múltiples beneficios para el desarrollo emocional del niño. De modo indirecto, cuando hay una familia, esta puede ser una red de apoyo para los padres, y especialmente para la madre. Existe la posibilidad de que, al ser sostenida por la familia, la madre pueda fungir su papel de cuidadora de una manera mucho más tranquila y enfocada, lo cual se vuelve de vital importancia para el desarrollo emocional. Una madre que se siente contenida y respaldada por su propia madre, algún hermano o hermana, le permite conectar emocionalmente con su bebé e interesarse por satisfacer sus necesidades sin las preocupaciones de tener que encargarse de todas las demás tareas (Abello, 2011).

Podemos pensar que el contacto con la familia extensa permite al niño experimentar formas distintas de relacionarse, límites, reglas y formas de solucionar conflictos distintos a lo que está acostumbrado en el seno de la familia nuclear. Esto también influye en la conformación de su personalidad y, en realidad, podríamos pensar que amplía el repertorio de conductas, lo que permite mayor flexibilidad y aprendizaje.

De forma más directa, el contacto del niño con sus abuelos, primos y tíos nutre a cada una de las partes, puesto que implica que cada uno introduce sus propias particularidades. Aquellos que colaboran con la crianza aportan, en sus formas de educar, distintos modelos (Levobici, 2006) que permiten al niño contar con diversas figuras de identificación, lo cual también puede ser un factor protector si en la familia nuclear las figuras parentales se encuentran cargadas de mucho conflicto.

En la clínica, es común ver pacientes cuyas historias son de relaciones muy conflictivas con sus padres, pero que tal vez cuentan con un tío, una abuela o algún otro familiar que funge como una figura buena, bondadosa o de cuidado, y que ayuda a que la persona salga adelante o encuentre algo positivo, no sólo dentro de su familia sino también en su vida.

Para Levobici (2006), la familia extendida también es importante porque desempeña un rol fundamental en la transmisión intergeneracional de valores, afectos, tradiciones, pero también de conflictos psíquicos. Los relatos familiares transmiten desde ideales hasta conflictos que pueden moldear la identidad de un niño.

Así pues, contar con la presencia de una familia extendida aporta una serie de elementos que nutren lo que las figuras parentales han hecho por la mente de un pequeño. También puede implicar retos, puesto que los primos o tíos no siempre funcionarán como lo hacen los padres y los hermanos; lo cual no es necesariamente malo, pero nos enfrenta a las diferencias y nos permite acomodarlas en la mente.

Referencias:

Lebovici, S., & Weil-Halpern, F. (2006). Psicopatología del bebé. Siglo XXI Editores.

Abello, A. y Liberman, A. (2011). Una introducción a la obra de D.W. Winnicott. Contribuciones al pensamiento relaciona. Agora Relacional.