Sexualidades humanas. ¿Por qué es necesaria una actualización?

Por Denise Block y Erika Escobar

En el terreno de la sexualidad contemporánea nos encontramos frente a una paradoja muy interesante desde el contexto psicoanalítico. Por un lado, observamos que en los países occidentales ocurrió una revolución radical en las últimas décadas. Hoy en día nos encontramos con un panorama aparentemente más abierto frente a los discursos y las expresiones sexuales; incluso hay autores que piensan que vivimos en la era de la hipersexualización. Los contenidos que se trasmiten en los distintos medios de comunicación acarrean la exposición a imágenes sexuales; en la música y el baile popular, los jóvenes reproducen con soltura movimientos explícitamente eróticos. Asimismo, existe una mayor conciencia en la importancia de la educación sexual para los niños, a quienes desde muy pequeños se les habla de las distintas expresiones de la sexualidad. También está la lucha por la inserción de un tercer género y del lenguaje inclusivo que contemple lo no binario.

Por otro lado, algunos autores afirman que nos encontramos en la era de la “tecnocultura”. Alejandra Lemas y Paul Lynch (2015) piensan que la revolución del internet cambió la manera en la que trabajamos, nos relacionamos y entendemos la sexualidad. Este nuevo espacio pone al alcance de niños y adultos toda clase de información, desde aquella que cuenta con fundamento hasta los contenidos sexuales más realistas y violentos. Este foro se presta para diferentes usos, que van desde la experimentación sexual adolescente (Glocer, 2010) hasta un medio para concertar citas desde la palma de la mano; del cumplimiento de la fantasía voyerista de mirar la escena primaria (que está siempre disponible en todas las modalidades imaginables) hasta una posibilidad para evadir la realidad, la identidad y la intimidad detrás del uso del avatar y los mundos alternativos.

En otro extremo de la “tecnocultura” encontramos las técnicas reproductivas, las cuales brindan la posibilidad de gestar hijos sin la necesidad de un coito. Encontramos también los avances biotecnológicos que permiten la modificación del cuerpo para la realización de cualquier fantasía, lo que antes era inimaginable. En otras palabras, uno puede decidir qué y cómo ser. Año con año, el mundo entero se pinta de colores para conmemorar la lucha por los derechos de la comunidad LGBTTI. A esto se le suman nuevas políticas públicas que apoyan la no discriminación, la inclusión y la diversidad; en consecuencia, cada vez son más los países que legalizan la adopción de las parejas homoparentales y de la subrogación de úteros.

La paradoja que mencionamos al inicio del artículo es que, frente a este escenario de aparente apertura en lo sexual, algunos autores alertaron desde hace algunas décadas sobre la “desexualización del psicoanálisis”. Con ello se refieren a que, paradójicamente, la interpretación de la sexualidad infantil, piedra angular de nuestra disciplina, tiende a desaparecer de los consultorios. André Green (1997) pensó que este alejamiento se debe a que el interés se enfocó en otros aspectos, tales como el género (desde la perspectiva social), el vínculo, la psicología del self, entre otros. Knafo y Lobosco (2020) piensan que este alejamiento tiene que ver con distintos factores, entre los cuales destaca el temor de los psicoanalistas (en los Estados Unidos) a las demandas por abuso sexual y a que la interpretación de la sexualidad infantil y los conflictos subyacentes a la sexualidad del paciente se confundan con perspectivas discriminatorias y puritanas del analista.

Alessandra Nemas y Paul Lynch (2020) piensan que, frente a este escenario social nuevo y cambiante en materia de sexualidad, más necesitamos resexualizar el psicoanálisis y subrayan la importancia de repensar estos asuntos. Joyce McDougall (2004) pudo observar en su práctica clínica y en su análisis personal que, a pesar de la supuesta liberación sexual en las sociedades contemporáneas, en el trabajo con algunas mujeres aparentemente liberales seguimos encontrando conflictos y confusiones relacionadas con la sexualidad infantil y arcaica que imposibilitan el goce pleno y el disfrute sexual.

Leticia Glocer (2010), por su parte, piensa que las nuevas presentaciones de la sexualidad, así como los modelos de la feminidad y la masculinidad contemporáneos, nos obligan a revisar nuestras teorías con el fin de identificar cuáles de éstas nos ayudan a comprender los conflictos particulares de cada paciente y cuándo nos limitan. En otras palabras, ella propone tomar la teoría del complejo de Edipo, la castración y la sexualidad infantil como una metáfora entre muchas otras. Recomienda, además, la cautela para no patologizar cualquier expresión de la sexualidad que difiera de los estándares establecidos. En este sentido, promueve pensar en el psicoanálisis como una disciplina viva, en constante interacción con las problemáticas y los universos simbólicos de cada época.

Para responder a la pregunta inicial de por qué es necesaria una actualización sobre las sexualidades humanas, consideramos que los psicoanalistas y los profesionales de la salud mental nos enfrentaremos cada vez con más frecuencia en la consulta con estas y otras vicisitudes que se relacionan con la sexualidad contemporánea. Por ello, mantenerse a la vanguardia se convierte en una necesidad, así como retomar y repensar la teoría clásica de la sexualidad para distinguir las herramientas que siguen siendo vigentes y útiles en el trabajo clínico: la interpretación de la sexualidad infantil, el concepto de polimorfismo, las confusiones de zonas y modos, entre muchas otras. Muchas de ellas se dejaron de lado para dar lugar a ideas y discriminaciones más finas que ponderan la comprensión del funcionamiento metapsicológico. Por lo anterior, es importante empaparse de las teorías más actuales que pretenden explicar y responder los nuevos cuestionamientos. Esto nos permitirá tener una comprensión más profunda y plural del complejo funcionamiento mental que subyace a las sexualidades del siglo XXI.

Conoce más del diplomado Actualización psicoanalítica sobre sexualidades humanas que iniciará el próximo 20 de mayo de 2024.

 

Referencias

 

Glocer, L. (2010). La experimentación sexual en la adolescencia hoy. Controversias en Psicoanálisis de Niños y Adolescentes, No. 7.

—-. (2010). Presentaciones cambiantes de la sexualidad. Revista Uruguaya de Psicoanálisis, 111, pp. 44-53.

Green, A. (1997). Opening Remarks to a Discussion of Sexuality in Contemporary Psychoanalysis. International Journal of Psychoanalysis, 78, pp. 345-350.

Knafo, D. y Lo Bosco, R. (2020). The New Sexual Landscape and Contemporary Psychoanalysis. Confer Books.

Lemma, A. y Lynch, P. E. (2015). Sexualities. Contemporary Psychoanalytic Perspectives. Routledge.

McDougall, J. (2004). Freud and Female Sexualities. En: Matthis, I. (Ed.). Dialogues on Sexuality, Gender, and Psychoanalysis. Karnac.

Compartir: