El psicoanálisis no sólo es terapia

Por Gabriel Espíndola

El psicoanálisis no se trata sólo de un modelo terapéutico; es una forma de conocer la realidad interna y, con ello, los significados que le damos a cada experiencia de nuestra vida.

Es común que las personas interesadas en estudiarlo tengan, además del objetivo de transformarse en psicoterapeutas, el deseo de profundizar sus conocimientos y complementar su formación como filósofos, sociólogos, literatos, lingüistas, filólogos o antropólogos. A través de la perspectiva psicoanalítica, se puede llegar a una preparación integral, puesto que complejiza y enriquece las investigaciones en otras disciplinas, a la vez que se ha beneficiado por su interacción con ellas.

A esta área también se acercan profesionales en educación, pues el contacto cotidiano con niños, jóvenes y familias despierta en ellos la necesidad de escuchar las problemáticas diarias desde otro punto de vista. Una persona que entiende las motivaciones inconscientes es capaz de escuchar a otros y aproximarse a los problemas humanos con mayor sensibilidad y empatía.

Dentro de otros ámbitos, trabajadores sociales y de la salud, por ejemplo, pueden encontrar en el psicoanálisis una forma de comprender la vida cotidiana y una valioso instrumento para aproximarse a quienes atienden. Asimismo, la relación médico-paciente se ve fortalecida cuando el tratante cuenta con saberes acerca del funcionamiento mental inconsciente; de ese modo, no sólo hay mejoría en la interacción personal, sino también en los tratamientos y sus resultados. Cuidar de un paciente no consiste únicamente en la prescripción, sino que es fundamental escuchar lo que él siente, cómo vive su diagnóstico e indicaciones terapéuticas.

Por otro lado, el autoconocimiento le permite al profesional digerir las experiencias difíciles relacionadas con la salud, la muerte o el dolor de otros, además de propiciar una mejor comunicación. En ese sentido, las herramientas psicoanalíticas pueden fungir como profilaxis tanto para quien atiende, como para el paciente.

La exploración de la mente resulta de interés también para los abogados, principalmente aquellos que se desempeñan en el rubro civil, donde permanentemente se encuentran en medio de una tormenta de emociones. Lo mismo sucede con el personal de las empresas que se dedican al factor humano; los grupos son entidades muy complejas que se mueven por supuestos poderosos, un equipo de trabajo bien encaminado incrementa la productividad y la satisfacción, uno que va en diferente dirección, destruye el progreso.

Conocernos mejor por medio del estudio y la terapia psicoanalítica nos hace individuos más satisfechos y productivos, pues proporciona herramientas para enfrentar las dificultades vitales y disfrutar de las pequeñas cosas. Además, gracias a ellas, los lazos de intimidad se fortalecen y las familias encuentran dinámicas y medios de comunicación más saludables que hacen de sus miembros sujetos más independientes y, al mismo tiempo, más respetuosos con los demás. No hay método que se aproxime con más belleza a lo que somos y a los significados que le damos al mundo que habitamos, convirtiéndolo, de esa manera, en un lugar más interesante.

En conclusión, todo profesionista puede enriquecer su quehacer cotidiano cuando se conoce mejor a sí mismo y a los demás. El método psicoanalítico es un poderoso motor de la creatividad, así como un demoledor de los obstáculos internos y externos. Invertir en nuestro cuidado emocional tiene rendimientos que son cuantificables y otros que son sencillamente invaluables.

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