La entrevista como herramienta de evaluación en el colegio

Por Michelle Aymes

La entrevista es una herramienta de evaluación muy valiosa que se utiliza en la psicología, en la medicina y en muchas otras profesiones. En la escuela es un instrumento que permite evaluar y comprender diversas situaciones y conflictos que día a día se presentan en este ámbito. Es un recurso que se utiliza con alumnos, maestros, padres de familia y en la institución en general, no solo a cargo del psicólogo escolar, sino también de directivos, maestros u otros profesionales dentro del colegio. La entrevista psicológica tiene como función la investigación, cuenta con sus propios procedimientos empíricos y está conformada por una teoría y técnica que permitirán el estudio del comportamiento total del sujeto.

Es importante hacer distinguir entre una entrevista cerrada y una abierta. En el primer caso hay preguntas establecidas a modo de interrogatorio; esta variante se emplea frecuentemente en la medicina. En la segunda hay una mayor flexibilidad y, aunque tiene objetivos previamente establecidos, podrán ir cambiado en el transcurso de la entrevista.

La entrevista abierta permitirá conocer aspectos de la personalidad del entrevistado, que guiarán el tipo de entrevista e intervenciones a realizar posteriormente. Hay personas que desde el momento inicial nos cargan de emociones intensas o, por el contrario, que dan una sensación de poca permeabilidad; en ambos casos nuestro pensamiento se ve afectado por aquello que nos han depositado. Por lo anterior, es importante estar pendientes de las emociones que uno como entrevistador irá experimentando, ya que de eso, entre otras cosas, dependerá que se realice una entrevista adecuada y que los objetivos que se han plateado se lleven a cabo.

El entrevistado puede desplegar sentimientos, actitudes, modos de relación, rasgos de carácter, defensas, ansiedades, conductas inconscientes que ha establecido a lo largo de su desarrollo, por lo que se podrán observar aspectos de comportamiento que quizá no se expresen verbalmente. Con esto, el entrevistador podrá mostrarle algunos elementos que ayuden a la empatía y comprensión de la situación. Por ejemplo, un alumno que frecuentemente desvaloriza la opinión de otros compañeros o maestros es muy probable que muestre esa forma de ser en la entrevista con el psicólogo escolar.

En el primer contacto es importante establecer un encuadre donde se clarifique el rol que cada uno tiene y los objetivos por los que se está solicitando la entrevista. Es común que ante una situación nueva la persona entrevistada experimente ansiedad y temor a ser enjuiciado. En ocasiones, puede asignarle al entrevistador un rol determinado, esto de acuerdo a su propia personalidad y patología. Por ejemplo, puede sentir que quién lo está entrevistando es alguien que castiga o persigue o, por el contrario, alguien que mágicamente encontrará soluciones ante sus conflictos. El entrevistador debe de tener una postura neutral, sincera, cordial y de confianza.

La autobservación será una condición fundamental durante este proceso, pues es necesario estar atentos a las respuestas emocionales que como entrevistador se puedan tener. Es indispensable escuchar activamente y observar lo que el entrevistado desea comunicar, ya sea de forma verbal o no. Con frecuencia proyectará sentimientos, con los cuales el entrevistador quizá se sienta identificado. Este fenómeno de transferencia – contratransferencia es algo que se da en toda relación interpersonal; no obstante, en la entrevista se utiliza como recurso técnico para la observación y la comprensión.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que la ansiedad de quien entrevista o del entrevistado puede ser un gran obstáculo para conseguir los objetivos de este trabajo. Tenemos que calmar esa angustia a fin de que la entrevista siga su curso, ya que puede causar una desorganización significativa en la persona. A menudo se proyectan sentimientos de ansiedad en el entrevistador; por ejemplo, aquellos padres que transfieren la situación de conflicto a la institución o al entrevistador mismo. Es importante recibir esa ansiedad, poder manejarla y orientar de nuevo la entrevista hacia el objetivo principal.

Bleger nos advierte acerca de dos riesgos principales que conviene tratar de evitar al llevar a cabo una entrevista: el primero es el riesgo de convertirla en algo obsesivo o ritualizado, utilizando siempre los mismos recursos y modos de comprensión, sin tomar en cuenta las cualidades y circunstancias particulares de cada caso. El segundo peligro es que el entrevistador no consiga utilizar aquello que percibe como un instrumento para interpretar y caiga en la actuación.

Referencias

  • Bleger, J. (1984). Temas de psicología (entrevista y grupos). Buenos Aires: Nueva Visión, 2002
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