¿Hablar o no, con un niño sobre su adopción?

Por Víctor H. Ruíz Franco

En especial, cuando la adopción se realizó antes del primer año de vida, es común que los padres adoptivos consideren la posibilidad de no hablar al hijo sobre su origen biológico y el proceso de adopción. Temen que genere emociones negativas, o que se interese por saber de sus padres biológicos, éstas y otras fantasías los llevan a negar ese ‘saber’.

Al respecto D. Winnicott, psicoanalista inglés, consideró que los niños poseen una habilidad para llegar a conocer los hechos, y si comprueban que la persona en quien han confiado los engañó, esto les preocupará más que lo que hayan descubierto.

“Los hechos están bien porque son los hechos; lo terrible es no saber si algo es un hecho, una fantasía o un misterio.  Es absolutamente necesario que se les diga a los niños adoptivos cuáles fueron los hechos de su vida; tienen que tener respuestas cabales y ser ayudados para que formulen las preguntas adecuadas.

El problema radica en el misterio y la mezcla consecuente de los hechos con la fantasía, así como en la carga potencial que lleva el niño de las emociones de amor, ira, horror, asco, siempre inminentes pero que nunca se experimentan. Si la emoción no es experimentada, jamás se la puede dejar atrás”.

 

Fotografía de Martine Franck titulada ‘Children’s Library Built’

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