Los padres tienen que volver…

Por Víctor H. Ruiz Franco

El padre ‘edípico’ que Freud detalla en su teoría, es un padre presente, que asume su lugar al lado de la madre; es un padre que encarna el poder y la justicia; es un padre que representa la ley, misma a la que también se somete. Quizá sea un padre prototípico, pero ¿aun queda algo de ese padre?

Massimo Racalcati, psicoanalista argentino, considera que en las sociedades contemporáneas la figura del padre se ha desdibujado, muchos no han logrado ocupar su lugar frente a las mujeres, quienes por derecho y justicia comienzan a ganar espacios que tradicionalmente eran considerados masculinos. A esto se suman las nuevas formas de ‘educación’, donde los padres se han transformado en amigos, convirtiendo así la relación jerárquica estructurante ‘padre-hijo’, en una relación paradójica ‘amigo-amigo’; paradójica porque donde se encuentra un amigo no se encuentra un padre.

Este padre, el ausente, se ajusta más al Complejo de Telémaco que al de Edipo, según señala Recalcati. Cuando Odiseo partió a la Guerra de Troya, su hijo Telémaco quien era pequeño fue cuidado por la reina Penélope. Telémaco quedó a la espera de su padre, y el reino necesitaba de su autoridad, sus leyes y normas. Después de casi veinte años de ausencia, Telémaco salió en busca de su padre; Odiseo, por su parte, debió superar muchas adversidades y tentaciones. Cuando finalmente se encontraron padre e hijo expulsaron a los acosadores del reino.

Los hombres que han partido deben volver, es su trabajo reconocerse y reencontrar su lugar, no pueden postergar más su viaje, sus hijos, la sociedad y las propias madres los esperan. Para el psicólogo y sociólogo Sergio Sinay, todos necesitamos del padre, “necesitamos conocer sus sentimientos, recibir educación emocional de su parte, de compartir tiempo y piel, de ser reconocidos y valorados por ese hombre (el cariño de la madre se dice incondicional), de ser acompañado por él hacia el portal de ingreso a la adultez […] aunque viejas y erróneas creencias muy extendidas y muy profundas pregonen que con la madre alcanza y que es ella quien no debe faltar, no es así. El padre es la otra mitad. Esencial y a menudo ausente”.

Ilustración de la ucraniana Snezhana Soosh

 

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