La gratitud y la envidia “excesiva” como una matriz

Margarita Moya del Palacio

En abril de 2018, Margarita Moya presentó la tesis Elementos del psicoanálisis kleiniano. Hacia la envidia y la gratitud, para titularse del Doctorado en Clínica Psicoanalítica del Centro Eleia. Este trabajo de investigación surgió como una continuación y una enmienda a su tesis de Maestría “¿Cómo se hace una persona?” De la pulsión a la emoción. La concepción kleiniana de las emociones, que presentó en 2009. Su trabajo de doctorado fue, también, producto de las reflexiones, dudas, cuestionamientos y dificultades que suscitaron tanto su traducción del libro de Jean-Michel Petot (2016), Melanie Klein. El yo y el objeto bueno 1932-1960 como la elaboración del libro Melanie Klein. Envidia y gratitud. La matriz del odio y del amor (2019) en coautoría con Jaime del Palacio. A continuación, nos adentra en las motivaciones y hallazgos de su investigación.

Del amor a la gratitud y a la envidia

A través de una extensa exposición de la metapsicología kleiniana y de la revisión bibliográfica que requirió, pude reconocer —y lo sostengo como un postulado de la tesis— que, a la luz de la importancia y la trascendencia de la idea del amor como una preocupación-cuidado-reparación (y, más tarde, gratitud) por el objeto, es inexplicable que el modelo kleiniano se considere pesimista en cualquier sentido serio. De hecho, Melanie Klein es la primera teórica del amor moderno.

Envidia y gratitud (1984b/1957) consigna las consecuencias dañinas derivadas de la envidia “excesiva”; pero la gran revelación de la obra es el papel de la gratitud como la manifestación más pura y directa del instinto de vida, es decir, del amor como constitutivo de la naturaleza del psiquismo. Al mismo tiempo, la gratitud y la envidia se encuentran en un mismo crisol: la envidia sólo cobra sentido en función de la gratitud. El pecho bueno nutricio despierta amor y odio en diversas intensidades y composiciones, no sólo porque posee todos los dones, sino porque su disposición a compartir generosamente su creatividad es lo que despierta la envidia. Por ello, insisto en la idea de una matriz en el sentido en que Wilfred Bion (1974) lo propuso, para explicar que ninguno de los dos conceptos puede entenderse sin el otro.

Es inadmisible hablar de la última gran aportación de Melanie Klein sólo como la “teoría de la envidia primaria”. Parecería que un acto de prestidigitación disfrazado de economía de lenguaje corrompió un descubrimiento capital para reducirlo a un concepto frecuentemente malentendido y convertido en dogma. En principio, Klein se refirió sólo a la envidia excesiva y maligna; además, se olvida que la gratitud es la que da sentido a la envidia. Precisamente el reconocimiento del valor del objeto es lo que despierta la intención de arruinarlo.

La envidia excesiva es una expresión del odio, la más perniciosa; la gratitud es una expresión del amor, la más excelsa. La primera despierta el resentimiento; la segunda garantiza el gozo. Se trata de sentimientos opuestos, de origen constitucional, que interactúan desde el inicio de la vida y se dirigen hacia un mismo objeto: el pecho bueno nutricio, que es el verdadero organizador de las últimas concepciones kleinianas (Petot, 2016/1982, p. 304). El papel de la gratitud en la transformación de la satisfacción oral en gratificación y su participación en el gozo, la reparación y la sublimación la convierten en el punto de partida de “todo lo bueno”, incluida la tolerancia a la frustración y a la gratificación, experiencias intolerables cuando la envidia es excesiva. Asimismo, la gratitud tiene un vínculo privilegiado con la creatividad, con el pensamiento y con el lenguaje.

La creatividad y la matriz gratitud-envidia

Para Klein (y para Segal, Rosenfeld, Bion y Meltzer y muchos otros teóricos del psicoanálisis), la creatividad supone la provisión de los elementos nutricios indispensables para la vida y a la vez implica amor y generosidad, así como bondad, belleza y reciprocidad. Si pensar es agradecer, como piensa Heidegger (2005/1997), entonces el pensamiento agradecido (el reflexivo, el verdadero pensamiento) es la prueba irrefutable de que el encuentro con el pecho bueno nutricio —fuente de vida— tuvo lugar y se estableció con firmeza y seguridad. Y ya que la función materna está inscrita en la procreación, en la escena originaria y necesariamente en su versión de coito creativo, la creatividad del pecho es, entonces, el germen mismo de la vida y del significado. Gracias a él quedan establecidos los fundamentos para la formación del carácter, para el desarrollo exitoso y para la salud mental.

La siguiente viñeta puede explicar las vicisitudes de la envidia cuando el pecho bueno no se estableció con firmeza y seguridad: una paciente de 56 años que me fue referida después de una internación psiquiátrica, y cuya actitud se caracterizaba por el rechazo sistemático y agresivo que tenía hacia mis interpretaciones, produjo el siguiente sueño: llegaba al consultorio. Desde su auto veía una fila de adultos que entraban uno a uno. Intrigada, se acercaba y se daba cuenta de que, una vez dentro, yo los conducía por otra puerta hacia un gran molino del cual salían convertidos en esqueletos de bebés. En este sueño, es como si mis interpretaciones (los bebés-ideas de la madre creativa) fueran asesinadas y despedazadas proyectivamente a causa de la envidia y los celos posesivos (Meltzer, 2004).

Si la gratitud permite la identificación con la creatividad del pecho que está en el origen del pensamiento simbólico, entonces de igual forma se convierte en la base para la capacidad artística. Por eso, el amor y el odio son componentes esenciales de toda gran obra maestra de la literatura y el arte. Un ejemplo contemporáneo que ilustra de manera artística la violencia extrema del ataque envidioso es la novela L’ingratitude de Ying Chen, en la cual la protagonista añora suicidarse para lastimar a su madre y describe lo siguiente:

Ardía en deseos de ver sufrir a mi madre ante la imagen de mi cadáver. Sufrir hasta vomitar sangre. Un dolor inconsolable. La vida se escurriría entre sus dedos y su descendencia se le escaparía. Mi cuerpo empezaría a pudrirse a causa de estos días cálidos y sus genes dejarían de circular en mis venas, se perderían en el fondo de la tierra uniforme. Ya no tendría más hijos. Su única hija se iría lejos de ella igual que una ráfaga de viento mortal atraviesa un árbol y lo sacude, pero sin detenerse, implacable (1995, p. 4).

El fragmento anterior muestra cómo un ataque envidioso violento cobra la forma de una autodestrucción animada por la fantasía de anular todo vestigio de la capacidad (pro)creativa de la madre. Como éste, existen diversos ejemplos de obras artísticas y cada una de ellas comprueba lo que autores como Segal (1995), Meltzer y Harris (1990) y Stokes (1972) postularon: la obra de arte es imposible sin el reconocimiento del objeto bueno primario (gratitud); pero aún más necesario es reconocer que, de la misma manera, el odio (la envidia excesiva) es una parte fundamental de esa matriz.

Referencias

Bion, W. (1974). Atención e interpretación. Londres: Karnac.

Chen, Y. (1995). L’ingratitude. Montreal: Leméac/Actes Sud.

Heidegger, M. (2005). ¿Qué significa pensar? Madrid: Trotta. Obra original publicada en 1997.

Klein, M. (1984a). Love, Guilt and Reparation and Other Works, 1921-1945. Nueva York: The Free Press. Obra original publicada en 1975.

———. (1984b). Envy and Gratitude and Other Works, 1946-1960. Nueva York: The Free Press. Obra original publicada en 1975.

———. (1984b). “Envy and Gratitude”. En Envy and Gratitude and Other Works, 1946-1960. Nueva York: The Free Press. Obra original publicada en 1957.

Meltzer, D. (2004). Estados sexuales de la mente. Buenos Aires: Ediciones Kargieman. Obra original publicada en 1973.

Meltzer, D. y Harris, M. (1990). La aprehensión de la belleza. El papel del conflicto estético en el desarrollo, la violencia y el arte. Buenos Aires: Spatia Editorial.

Moya, M. (2009). “¿Cómo se hace una persona?” De la pulsión a la emoción. La concepción kleiniana de las emociones (Tesis de Maestría). Centro Eleia, México.

———. (2018). “Elementos del psicoanálisis kleiniano” Hacia la envidia y la gratitud. (Tesis de Doctorado). Centro Eleia, México.

Moya, M. y del Palacio, J. (2019). Melanie Klein. Envidia y gratitud. La matriz del odio y del amor. Ciudad de México: Analitiké Ediciones.

Petot, J. M. (2016). Melanie Klein, tomo 2. El yo y el objeto bueno, 1932-1960. Trad. M. Moya Daumas y J. del Palacio. Ciudad de México: Paidós. Obra original publicada en 1982.

Segal, H. (1995). Sueño, fantasma y arte. Buenos Aires: Nueva Visión.

Stokes, A. (1972). The Image in Form: Selected Writings. Ed. Richard Wollheim. Nueva York: Icon Editions.

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