La función contenedora en la adolescencia

Por Fernanda Aragón

 

Hay múltiples vértices desde los que se puede explorar la adolescencia: como una construcción social, ya que no todas las culturas reconocen la existencia de esta “fase” de desarrollo; como un estado mental, en el que no importa la edad cronológica de la persona, sino el funcionamiento mental, las fantasías y las defensas que priman; o como un puente que conecta la época de la infancia con el mundo adulto.

Sin lugar a duda, la metamorfosis corporal con el arribo de la pubertad produce un impacto inesperado en el joven y en las personas que lo rodean: padres, hermanos, profesores, amigos, etc. El psiquismo se ve desestabilizado y forzado a lidiar con este nuevo embate, que puede resultar traumático si no hay sujetos que encarnen la función contenedora y acompañante en este proceso. Además, si ocurre algún evento externo (como un abuso sexual o la pérdida de figuras significativas), determinado por la realidad psíquica o por el significado que tenga para el sujeto de manera inconsciente, éste puede desbordar su mente (Anastasopolous, 1999).

Helene Dubinsky (1999) propone que el colapso en la adolescencia es frecuente en personalidades psicóticas y fronterizas, dando cuenta de la fragilidad psíquica de quien experimenta esta crisis. Sumado a eso, establece una relación con una falla en las funciones parentales, en la que el Otro materno es incapaz de contener la experiencia emocional del hijo, lo que genera una intolerancia al dolor psíquico. De la misma manera, la presencia de un padre rechazante y, a veces, cruel, da como resultado “la introyección de una pareja parental incapaz de ayudar o proteger el crecimiento de su hijo” (p. 170).

Un ejemplo de esto es el de un padre policía que se enteró de que su hijo se hacía heridas en los antebrazos junto con los amigos del colegio. Muy molesto, le dijo al joven que, a partir de ese momento, cada noche le revisaría el cuerpo desnudo para verificar que ya no lo siguiera haciendo. Desde la muerte de la madre, padre e hijo compartían la misma cama y, para ahorrar tiempo, en las mañanas se bañaban juntos.

Dentro de este vínculo, parecería que no hay una clara diferencia entre las generaciones; tampoco está claramente definido el rol que ejerce cada uno. ¿Son hermanos? ¿El hijo es la parejita del padre? ¿Alguien puede hacerse cargo de su sentir o se evacúa continuamente?

La figura del profesor o personal educativo podría, dentro de sus posibilidades, colaborar u obstaculizar la experiencia emocional del adolescente. Entre las posibles actitudes se encuentran la rigidez extrema, la imposibilidad de permitir la reparación, el trato infantilizado o, por el contrario, como si fuera un adulto, así como la laxitud en las normas, por mencionar algunas posturas. Prestarse como figuras dispuestas a comprender, sin imponer su propia forma de pensar, permitiéndole al joven exteriorizar la suya y tolerarla, en caso de ser distinta, puede promover la diferencia no amenazante.

El trabajo dentro de las instituciones escolares puede activar “las alertas” e invocar la presencia de los padres o quienes ejerzan su función, con el fin de atender al muchacho. La orientación y la transmisión de los malestares de su hijo, así como las dificultades que presente en el ámbito educativo, servirían como “un tercero” que no se alía con la negación del dolor ni con el rechazo de una realidad dolorosa.

Sin duda, estar cerca de la población adolescente implica un reto y complejidad en su comprensión, atención y trabajo. Para lograrlo, desde mi perspectiva, la herramienta fundamental es la capacidad continente, para retomar un concepto de Bion (1967/2013).

En conclusión, resulta importante contar con padres contenedores de sus sentimientos y que no dejen la fragilidad emocional de los chicos sin comprensión (Dubinsky, 1999).

 

Referencias:

Anastasopoulos, D. (1999). The influence of psychic trauma on adolescence and its disorders. D. Anastasopoulos & H. Dubinsky (Eds.), Psychoanalytic psychotherapy of the severely disturbed adolescent. Karnac Books.

Bion, W. R. (2013). Volviendo a pensar (6ª ed., D. R. Wagner, Trad.). Horme-Paidós. (Obra original publicada en 1967).

Dubinsky, H. (1999). Psychotic breakdown of adolescents. En D. Anastasopoulos & H. Dubinsky (Eds.), Psychoanalytic psychotherapy of the severely disturbed adolescent. Karnac Books.

 

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