Algunas ideas psicoanalíticas sobre el concepto de identidad

Por Daniela Bustamante

“Identidad” es un término que encontramos con frecuencia en la literatura psicoanalítica; sin embargo, despierta cierta controversia porque se le confunde fácilmente con la idea de self, un concepto introducido por Hartmann para establecer la diferencia entre el yo función y el yo representación. Por otro lado, “identidad” es una idea desarrollada por Erikson, psicólogo del desarrollo; debido a ello, en muchas ocasiones se le considera un constructo ajeno al psicoanálisis.

A diferencia de self, “identidad” toma una connotación de tipo social y cultural. La identidad de una persona puede observarse en algunos aspectos superficiales, tales como la profesión, el lugar que ocupa en la sociedad, su manera de vestir o de expresarse, pero tiene su fundamento en situaciones muy profundas: el concepto de identidad es útil para el psicoanálisis porque comprende temas como las identificaciones, los duelos y la integración del individuo.

Desde el momento en que un paciente acude por primera vez a la consulta, el psicoanalista se pregunta quién es la persona que tiene enfrente; poco a poco le conocerá, mientras habla con ella acerca de lo que hace en su vida cotidiana, siempre pensando en los aspectos más íntimos y esenciales, aquellos que sostienen todas las cosas que le ocurren en el día a día.

Por ejemplo, una mujer de treinta y seis años llega a consulta porque tiene problemas con su esposo; cuenta que él le ha sido infiel en algunas ocasiones, que es común que salga con “amigas” y regrese tarde, mientras que ella trata de no molestarlo, porque no quiere buscar conflictos. Al explorar la historia de la paciente, menciona que viene de una familia numerosa: es la sexta de siete hermanos, en su casa había dificultades económicas, su mamá siempre estaba ocupada y atendiendo a todos los hijos. Recuerda que trataba de portarse bien, hacerse cargo de sus cosas y no dar problemas. Ahora, si bien la paciente habla de una situación cotidiana en su vida (los problemas con su marido), una mirada psicoanalítica hacia la identidad de la paciente permite ver aun más: allí donde se muestran sus identificaciones y su fantasía inconsciente, está determinado quién es ella en la vida de los demás y quiénes son aquellos en su propia vida mental.

Este artículo se centra principalmente en las ideas de Grinberg y Meltzer acerca de la identidad, aunque no son los únicos autores psicoanalíticos que han empleado el término en el desarrollo de su trabajo (podemos mencionar también a Mahler, Greenacre, Searles, Kernberg, Aberastury, Blos, Winnicott, entre otros). Grinberg (1980) considera que la identidad de un individuo tiene su base en la integración de tres vínculos: el vínculo espacial, el temporal y el social. El vínculo espacial alude a la relación que una persona establece con su propio cuerpo; el temporal se refiere a la manera como la persona se puede pensar a sí misma en una línea continua de tiempo y el vínculo social consiste en el interjuego de las identificaciones proyectivas con las introyectivas.

En la clínica psicoanalítica es común que tratemos con tópicos como el cuerpo y el tiempo: cada uno de nosotros establece una conexión muy particular con estos dos elementos; ellos nos hablan de la relación del paciente con su propia vida. Grinberg considera que las personas a menudo relatan sueños o fantasías, en las que aparecen materiales inconscientes relacionados con el cuerpo. Por ejemplo, piensa que los coches se viven en la mente como representaciones del propio cuerpo. A propósito de ello, recuerdo que hace tiempo atendí una paciente, quien se sentía muy cansada y paralizada: en una ocasión soñó que su carro tenía las cuatro llantas ponchadas.

Por su parte, Meltzer señala una dificultad para hablar concretamente de la “identidad” y propone en su lugar un “sentido de identidad”, pues piensa que la identidad es una aspiración, un fenómeno cambiante e inestable, mientras que hablar del “sentido de identidad” permite entender mejor el concepto. En el texto Sinceridad: un estudio del clima de las relaciones humanas, este autor plantea que el “sentido de identidad” será más o menos estable dependiendo del nivel de sinceridad con el que se comunican los objetos internos dentro de la mente. Dicho de otro modo, el hecho de que una persona se pueda sentir auténtica, depende de su capacidad para comunicarse consigo misma en términos de su vida emocional.

El psicoanálisis ofrece la posibilidad de que los pacientes adquieran un mayor conocimiento con respecto a quiénes son, incluso en lo más reservado de su mente. Algunas personas llegan al análisis sin entender que existen cosas tales como la intimidad y la profundidad emocional. Por lo tanto, cuando se puede avanzar en el trabajo psicoanalítico, suele ocurrir que se fortalece el sentido de identidad, debido a que la persona puede ser más sincera consigo misma acerca de lo que piensa, siente y fantasea.

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