La importancia de las emociones en la enseñanza en línea

Por Cristóbal Barud

La educación en línea no es una idea nueva aunque su adopción masiva a escala mundial desde luego será uno de los sellos de esta generación. Existen muchas interrogantes en torno al valor y la seriedad de este tipo de formación, especialmente en lo referente al contacto humano y a la cercanía. La psicología, la psicoterapia y el psicoanálisis son particularmente sensibles a estas dificultades, ya que su razón de ser se ubica en elementos subjetivos y emocionales que no son sencillos de trasmitir a través de las plataformas tecnológicas, sea como usuario de los servicios psicológicos o como profesor que funge como modelo profesional para sus estudiantes. De hecho, la experiencia de trabajo y las conversaciones con alumnos del Centro en todos los niveles educativos que se ofrecen mostraban que uno de los factores más importantes para conseguir una clase productiva, amena, interesante y novedosa era precisamente el del contacto emocional y el sentido de comunidad.  

 

¿Cómo lo trabajamos? Gradualmente, la experiencia del semestre pasado fue mostrando que los alumnos no pensaban que las plataformas tecnológicas, los contenidos y los adelantos técnicos eran los elementos más relevantes para llevar a cabo el curso, sino que estaban preocupados por la interacción informal en el grupo, por las consecuencias de la pandemia, por la privacidad y un sinfín de temas personales e interpersonales. Al mismo tiempo, los maestros se encontraban preocupados acerca de cómo llevar a cabo sus clases de la mejor manera, manteniéndose dinámicos y a la vez con un buen nivel de trabajo.

 

Así, los docentes también requirieron hacer su propio trabajo emocional, ya que su estado sin duda influye en la calidad del trabajo y en la posibilidad de hacer un vínculo cercano, genuino e interesado en los alumnos, especialmente en los tiempos que corren. Por ejemplo, muchos profesores compartían un sentimiento de aislamiento profesional y de mayor autoexigencia con el noble afán de probar que las circunstancias adversas no se interpusieran en el deseo y en la ética profesional.

 

Sin duda esta aproximación tiene un lado constructivo vinculado al esfuerzo, a la idea de preservar el compromiso, pero también posee ciertas complicaciones, ya que a veces el sentido de autoexigencia nos lleva a estrechar la mirada para centrarnos solamente en los detalles, con el riesgo de elevar desmesuradamente la carga de trabajo o de abordar demasiados contenidos sin considerar todas las circunstancias. Esto en realidad no contribuye con el aprendizaje.

 

Para Eleia fue de gran importancia organizar grupos de discusión entre profesores y mantener el contacto con los directivos. Estas han sido herramientas invaluables, ya que contribuyen a generar un clima de trabajo en el que muchos han podido compartir los retos y las preocupaciones del trabajo a distancia, lo cual aminora su impacto y ayuda, por un lado, a disminuir la tensión de los profesores, mientras que deja la vía libre para que se manifiesten la creatividad y la adaptabilidad que otorga la experiencia profesional y de enseñanza. En última instancia, todas estas acciones “tras bambalinas” se reflejan en el trabajo diario con los alumnos, cuando ellos se sienten escuchados y tomados en cuenta no solo en sus problemas relacionados con la pandemia, sino a través del compromiso para adaptarse a las particularidades del medio de enseñanza o para calibrar algunas actividades de clase que la hicieran más interesante y dinámica sin perder profundidad.

 

Estas acciones en conjunto son pilares para el trabajo en línea, ya que de algún modo suplen aquello que las plataformas tecnológicas aún no pueden emular: la plática de los grupos informales y la interacción cotidiana. Aunque esos espacios pueden parecer poco productivos, en realidad es donde uno habla un poco más de lo que siente, sea entre colegas de trabajo o entre profesores y estudiantes. De esas charlas suelen surgir ideas o proyectos, se solucionan conflictos o se conoce el sentir de quienes arman una comunidad.

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