Taller: Carácter normal y patológico. La mente en desarrollo

Por Elena Ortiz

Existe una necesidad clínica de comprender claramente cuáles son los criterios que determinan lo que es la salud mental, más allá de consideraciones normativas, sociales o estadísticas. Retomando las aportaciones de Klein y Bion, Meltzer establece un modelo de salud mental que está presente desde su primer texto y continúa a lo largo de su obra. El autor toma como base el sistema de valores al interior de la mente que Klein construyó a partir de la posición esquizo-paranoide y la depresiva, junto con la conceptualización de la gratitud opuesta a la envidia. A esto suma las nociones bionianas de pensamiento y anti-pensamiento (o desmentalización) y la verdad en oposición a la mentira.

La identificación introyectiva con los objetos internos es uno de los parámetros más ricos que Meltzer ofrece para comprender la salud mental y es un concepto que mantiene una estrecha relación con ideas como la sinceridad e intimidad, la sexualidad adulta, la tetradimensionalidad y la pasión como complejidad. Agrupados, dichas nociones configuran un mapa claro y penetrante sobre el desarrollo mental.

El mecanismo por excelencia sobre el que se apoya la constitución de lo saludable es la identificación introyectiva. Hay una diferencia primordial en los procesos de identificación: mientras que las cualidades reales de la mente y del comportamiento de las figuras parentales aparecen en la fachada social del niño a través de identificaciones narcisistas, tanto proyectivas como adhesivas, lo introyectivo se desarrolla de una manera mucho más misteriosa.

En la identificación introyectiva las cualidades y funciones incorporadas no tienen una referencia directa a manera de personificaciones ni de rasgos específicos. La identificación introyectiva implica una integración enigmática que constituye a los objetos internos de la mente, objetos con los cuales el self tiene una relación permanente. Sin embargo, estos objetos no son tangibles sino que representan formas, ideas; su esencia es espiritual: belleza, verdad, justicia, generosidad, sabiduría. Las identificaciones introyectivas se convierten en aspiraciones. Los objetos internos son fuente de inspiración para el self.

Una de las cualidades centrales de los objetos internos es el pensamiento. En realidad, pensar por sí mismo es un proceso interno de “pensar con” un objeto interno. El self no tiene la capacidad de pensar por sí, en un estado de dependencia introyectiva hacia los objetos internos (el pecho pensante, en términos de Bion) que puede ligar las experiencias emocionales para crear símbolos que hacen posibles los pensamientos y la creatividad. En esta perspectiva, la emocionalidad es el centro del desarrollo humano y la pasión es una experiencia humana nuclear, constructora del progreso mental.

A la pasión se le entiende comúnmente sobre una base cuantitativa, como una emoción intensa o excesiva, pero lo fundamental de la pasión es básicamente cualitativo. La pasión es aquella experiencia en la que las emociones se ven comprometidas de tal manera que el amor, el odio y el ansia de conocimiento son puestos en movimiento. La esencia es la conjunción. La experiencia humana tiene el potencial de convertirse en una vivencia apasionada, siempre y cuando la mente tolere la complejidad emocional.

La pasión conlleva muchos elementos dolorosos: se teme lo efímero de la experiencia, se registra la disparidad hiriente frente al objeto amado, amenaza la duda inquietante de la desigualdad de afectos cuando del otro se trata, se percibe la pequeñez y fragilidad personal ante una vivencia que trasciende al yo…

Esta forma de comprender la pasión y el pensamiento implica una revaloración del método psicoanalítico. Meltzer piensa que la función central del análisis es prender fuego (strike fire) en la mente del paciente; entablar una lucha en contra del anti-pensamiento y la anti-emocionalidad. La pasión puede aparecer cuando dos mentes están vinculadas, no se trata de pensar sobre la experiencia, sino de vivir y construir en sí la experiencia. La experiencia misma es el análisis y el vínculo.

Lo apasionante incluirá elementos hostiles, aspectos incomprendidos, incertidumbre, es decir, contradicciones y lo inasible. Keats y después Bion denominaron capacidad negativa a esta posibilidad mental de funcionar en medio de incertidumbres, misterios y dudas, sin recurrir a la razón certera. Es la habilidad de ver el mundo moderando el deseo de reconciliar los contrarios o intentar encerrarlos en un sistema racional; es soportar no entender y no saber. El significado, fruto del proceso de pensar, se edificará o no de acuerdo a la capacidad que la mente tenga para tolerar la complejidad. Dentro de esta línea teórica, el pensamiento y la pasión estarían totalmente entretejidas. El dolor emocional que la pasión conlleva pone en marcha el pensar y funciona como matriz para aprender de la experiencia.

Para el terapeuta resulta fundamental detectar los movimientos hacia la salud y el desarrollo, tanto dentro las sesiones, minuto a minuto con el paciente, como en el progreso global de la personalidad. El crecimiento mental ocurre a partir de la capacidad para significar la experiencia emocional. El proceso analítico adquiere una dimensión nueva: la sesión se convierte en un espacio mental de intimidad y es la calidad de la relación emocional analizada en la transferencia lo que dará cuenta de la marcha misma del análisis.

La tarea psicoanalítica se orienta a construir un vínculo donde el pensamiento pueda tener lugar, desplegar un nivel de cooperación, intimidad e interés, de modo que el clima apasionado mantenga la curiosidad del paciente para conocerse a sí mismo, más allá del marco de la sesión y del tratamiento.

En este taller observaremos viñetas y sueños que ejemplifican diferentes experiencias de desarrollo, la oscilación que ocurre en los movimientos hacia el progreso y, también, situaciones donde éste se ve entorpecido por aspectos patológicos.
Inscríbete al Taller «Carácter normal y patológico. La mente en desarrollo» que impartirá la Dra. Elena Ortiz el 18 y 25 de febrero de 2017. Inscríbete aquí: https://www.centroeleia.edu.mx/taller-caracter-normal-y-patologico

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