Adios a Betty Joseph

Por: Marta Puig

Hace unos meses nos enteramos de la pérdida de la psicoanalista Betty Joseph. Su ausencia nos produce un profundo sentimiento de dolor y tristeza; sin embargo, se fue dejándonos con sus fructíferas enseñanzas.

Betty Joseph nació en Edgbaston, Birmingham el 7 de marzo de 1917, proveniente de una familia anglo-judía. Vivió el auge del psicoanálisis kleiniano, contribuyó junto con Heimann, Raker, Rosenfeld, Bick, Bion y Meltzer, entre otros, con sus avances y desarrollo.

Se acercó al psicoanálisis gracias a un trabajo social psiquiátrico que llevó a cabo en la Universidad de Birmingham. Su análisis personal le dejó una profunda huella por lo que emprendió su formación como psicoanalista en Londres.

Siempre modesta, consideraba a sus colegas Hanna Segal, Wilfred Bion y Herbert Rosenfeld, «analistas natos», mientras ella dudaba sobre su labor como psicoanalista. Sin embargo, no sólo se convirtió en una gran difusora de la técnica y del pensamiento kleniano, sino que además logró construir “su propio estilo”. Su estilo se caracterizaba por la manera en que escuchaba a sus pacientes, intentaba detectar los cambios psíquicos que ocurrían en la sesión, tanto en la mente del paciente, así como los efectos que estos tenían en la mente del analista.

En 1982, Betty Joseph publicó lo que sería su obra más importante: Equilibrio psíquico y cambio psíquico. Se trató de una amplia colección de ensayos donde quedó asentado su talento como analista, la capacidad para prestar la atención precisa en los cambios dinámicos que ocurren en la inmediatez de la situación transferencial, la habilidad para seguir las proyecciones que hace el paciente y el poderoso impacto que tienen en la mente del analista, la preocupación por explorar el sistema defensivo que desarrolla el paciente en la resistencia al dolor mental y la postura sobre la interpretación como el instrumento principal del analista para eventualmente producir cambios psíquicos.

En su trabajo sobre el paciente de difícil acceso, introdujo la idea de que hay personas que no son accesibles al método psicoanalítico. La accesibilidad al análisis no depende de la patología, sino de la tolerancia para soportar el dolor y la ansiedad, el compromiso en la búsqueda de la verdad, la tolerancia a la incertidumbre y la capacidad de la dependencia de todos los aspectos profundos de la personalidad que serán descubiertos sobre la marcha del tratamiento.

Así, con esa dedicación a la clínica psicoanalítica, con esa intuición fina, con ese rigor intelectual y técnico que la caracterizaba, Betty Joseph se ganó el aprecio y la admiración de muchos psicoanalistas. Siempre generosa en la enseñanza, aceptó dar clases en el Instituto Psicoanálitico de Londres, así como en muchos centros de Europa y América. Se hizo cargo de un seminario de graduados que evolucionó en un verdadero grupo de trabajo y estudio, gracias a su labor creativa y su liderazgo.

Betty Joseph fue parte de un movimiento en la técnica psicoanalítica contemporánea llamado post-klenianos. En los últimos veinte años la técnica original del grupo kleiniano cambió mucho. Pueden observarse modificaciones tanto en la obra de los británicos como Joseph, Bion, Meltzer, como en la de Etchegoyen, Liberman, López, Celia Leiberman y Norberto Bleichmar. La importancia de la fantasía inconciente y de las relaciones de objeto se mantuvo como un cuestión importante y sigue interpretándose de manera creativa e imaginativa a la situación actual de la realidad psíquica y la transferencia. Además, otras de las diferencias con los klenianos clásicos, es que los post-klenianos no usan un vocabulario técnico ni interpretaciones teorizadas, sino que interpretan el inconciente y el pasado sin usar clisés ni referencias a las relaciones anatómicas arcaicas. Acercarse a conocer la clínica de Joseph ayudará a despejar malentendidos sobre la llamada “técnica kleiniana”, al mismo tiempo que despertará sorpresa, admiración y aprendizaje en los múltiples niveles de este estupendo trabajo científico y artístico que es el psicoanálisis.

Betty Joseph fue una mujer de sentimientos profundos y humanos, una mujer sencilla, amante del conocimiento, de los libros, el teatro, los viajes y el arte. Falleció a los 95 años en su casa el 4 de abril del 2013. Sentimos gratitud por sus enseñanzas que han tenido mucha influencia en cómo interpretamos en la actualidad y cómo supervisamos los que enseñamos en Eleia. Sus ideas permanecerán en nuestro pensamiento y continuarán alentándonos a desarrollar nuevas habilidades, a trabajar de forma más imaginativa con nuestros pacientes y a interpretar cada detalle de manera más fina y profunda.

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